Nuestros partidos se niegan a regir sus actividades por una ley hecha por políticos partidistas que al parecer estaban pensando en una actividad de temporada, como la pelota, que tiene una fecha para empezar y períodos muy bien definidos para el desarrollo del campeonato.
Desde la oposición se alega que el partido de gobierno tiene a un candidato presidencial en la persona del presidente Luis Abinader, un hecho que los pone en desventaja.
Y como dos de estas grandes organizaciones, el Partido de la Liberación Dominicana y La Fuerza del Pueblo, saben muy bien de lo que hablan por el hecho de haber pasado unos 20 años haciendo política desde la administración pública, no están dispuestos a someterse a los plazos de la ley por el temor de que los cojan asando batatas.
Los partidos políticos son instrumento indispensable de la vida pública. Su preservación y vitalidad resultan, sea que esto se entienda o no, importantes para el pueblo dominicano, que está aprendiendo a vivir sin grandes líderes y a ir adelante en una gran variedad de campos gracias a la estabilidad política.
Arreglar la ley para que se ajuste a las necesidades de las organizaciones para las que fue elaborada no debe resultarles complicado.
Es mejor que se pongan de acuerdo y la modifiquen. La salud de los partidos es la del país.
