Todo el mundo conoce, o por lo menos debería conocer, los mandamientos de conducta que Dios le dictó a Moisés y que éste dejó grabados en la dura roca.
Hay otros diez mandamientos que, quizás por falta del tiempo del Creador o tal vez porque no cupieron en la roca donde Moisés escribía a martillazos limpios, son menos conocidos, al extremo de que hoy día están casi olvidados por completo. Helos aquí:
1. No te preocuparás, porque el preocuparse es la actividad más improductiva.
2. No serás miedoso, porque la mayoría de las cosas a las que les temes nunca llegarán a su fin.
3. No cruzarás el puente antes de llegar a él, porque nadie ha podido hacerlo.
4. Enfrentarás tus problemas uno a uno, porque no podrás manejar más de uno a la vez.
5. No llevarás contigo ningún problema a la cama, pues ellos son malos compañeros para el sueño.
6. No tomarás prestados problemas ajenos: sus dueños los sabrán manejar mejor que tú.
7. No tratarás de revivir el ayer, ni para bien ni para mal. El ayer se fue para siempre. Te concentrarás en el presente y serás feliz con él.
8. Sabrás escuchar a los demás, porque solo cuando escuchas te enteras de otras ideas diferentes a las tuyas. Aprenderás más escuchando que hablando.
9. No te dejarás dominar por la frustración, porque las raíces de éstas nacen en la auto-subestimación y solo sirven para interferir las acciones positivas.
10. Harás favores al prójimo, grandes o pequeños, pero sinceros.
Bueno, si he de decirles la verdad, confieso que estos mandamientos no fueron dictados a Moisés, pero ¿verdad que pudieron haberlo sido?