
Los que quieren saber los nombres de los policías que mataron a cinco en Santiago la semana pasada insisten porque temen que lo único que ocurrirá es que el caso sea investigado, pero de ahí en adelante, nada más.
Conocer los nombres no trae a la vida a los finados, pero por lo menos les hacen el historial, para confrontarlos con los del próximo caso.
El caso haitiano
Haití no sólo está al lado para suplir mano de obra y comprar en los mercados binacionales, también como espejo en el que es bueno mirarse, particularmente en relación con la operación de las denominadas bandas criminales, que se nutrieron al principio de agentes de policía y militares que aprendieron en estos cuerpos a matar.