
Santo Domingo.-Desde hace millones de años los murciélagos asumieron una vida nocturna para no competir con la generalidad de las especies diurnas, por ser mamíferos pequeños, presas de otros animales.
Por esa razón aprendieron a trepar y se hicieron arborícolas y voladores, ya que saltaban de árbol en árbol hasta desarrollar los patagios o alas, reveló el arqueólogo, Domingo Abreu Collado, director de Espeleología del Viceministerio de Áreas Protegidas.
Exclusivo de la isla
El Erophylla bombifrons santacristobalensis es endémico o exclusivo de la isla y fue bautizado así por ser localizado por vez primera en las Cuevas del Pomier, San Cristóbal, aunque se encuentra en otras cavernas del país, en particular en la costa sur.
“Estos aprendieron a convivir mejor de noche con las especies, porque corrían menos riesgo, considerándose mamíferos de hábitos nocturnos.
Se encuentran en árboles y cavernas, que es donde abundan y pueden sentir más calor”, explicó el espeleólogo Abreu Collado.
En el mundo existen alrededor un millón cien mil especies, excepto en los polos. Los considerados “vampiros” no existen en ninguna isla del Caribe.
El Erophylla bombifrons santacristobalensis se caracteriza por tener un hocico y lengua larga que le permite entrar la boca en las flores y llevar la lengua hasta el néctar, diferenciándolo de otros que poseen grandes orejas con las que escuchan insectos voladores que luego les sirven de alimento.
