Agencias de ciberseguridad han elaborado un reporte con las debilidades que más comúnmente son explotadas por atacantes en su intento de acceder a los sistemas de una organización.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, analiza los 10 vectores de acceso inicial más utilizados por actores maliciosos y brinda recomendaciones para minimizar los riesgos.
Con respecto a las fallas de seguridad en los controles de seguridad, configuraciones débiles o inseguras y malas prácticas que explotan los cibercriminales, las 10 más comunes son:
No habilitar la autenticación multifactor: La autenticación multifactor es clave para prevenir el secuestro de cuentas. De hecho, varios estudios han demostrado cuán efectiva es esta capa de seguridad adicional a la hora de evitar que atacantes logren exitosamente el acceso a través de credenciales robadas.
Asignar accesos y permisos de forma incorrecta: La incorrecta gestión de accesos y permisos puede permitir que alguien interno lleve adelante acciones que suponen algún riesgo para la organización por tener accesos y permisos innecesarios a información sensible.
Uso de software desactualizado: En muchos casos los atacantes rápidamente tienen acceso a exploits a pocos días de que se dé a conocer la existencia de una vulnerabilidad, pero también ocurre que muchas organizaciones utilizan software desactualizado expuesto a vulnerabilidades de larga data.
Uso de las credenciales de acceso que vienen por defecto: Mantener el mismo nombre de usuario y contraseña que vienen por defecto en software y hardware que compramos es un riesgo muy elevado, ya que ofrece a los atacantes una forma fácil de acceder remotamente a los sistemas a través de estas soluciones.
Falta de controles en servicios de acceso remoto: Los atacantes, como grupos de ransomware, suelen aprovechar configuraciones inseguras o vulnerabilidades sin parchear en soluciones para el acceso remoto a las redes de una organización, como las soluciones VPN.
Uso de contraseñas débiles: Los actores de amenazas utilizan distintos métodos para obtener credenciales de acceso válidas y aprovecharlas para obtener acceso inicial a los sistemas de una organización. Desde ataques de fuerza bruta, a la compra de credenciales robadas en foros clandestinos, entre otras.
Servicios en la nube sin protección: El crecimiento de la demanda y adopción de servicios en la nube, sobre todo con el trabajo remoto e híbrido, también atrajo el interés de los actores de amenazas que buscan la forma de aprovechar errores de configuración y vulnerabilidades en esta superficie de ataque para el robo de información.
Servicios expuestos a internet mal configurados o puertos abiertos: Se utilizan herramientas para descubrir puertos abiertos de servicios expuestos a Internet que pueden permitir acceder a la red de una organización, como pueden ser servicios RDP o el protocolo Server Message Block (SMB).
Error al detectar un correo de phishing: La falta de capacitación puede elevar el riesgo de que los empleados puedan no ser capaces de detectar un correo de phishing malicioso y esto deriva en mayores probabilidades de que la organización se convierta en víctima. Los atacantes suelen recurrir a esta técnica de larga data que sigue siendo efectiva por la falta de concientización y educación en temas de seguridad.
Respuesta pobre de productos de seguridad instalados: Muchas veces los actores de amenazas logran evadir los controles de seguridad que establecen los productos de seguridad instalados en el equipo comprometido y de esta manera logran llevar adelante sus ataques de manera efectiva sin ser detectados. Existen distintas alternativas que utilizan los cibercriminales para lograr esto, como el uso de droppers o de fileless malware.
“Además de repasar las debilidades y/o fallas de seguridad más comunes, es importante mencionar cuáles son las técnicas más utilizadas por los cibercriminales para aprovechar esas debilidades y obtener acceso a los sistemas de una organización. Dentro de estas se encuentran: la explotación de aplicaciones públicas en Internet, los servicios de acceso remoto expuestos a Internet, el phishing, la explotación de relaciones de confianza, y las cuentas válidas. Conocer los riesgos nos permite estar mejor preparados para así evitar ser víctimas de ataques”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
En cuanto a las recomendaciones para que las organizaciones puedan minimizar las posibilidades de que actores maliciosos logren acceso a sus sistemas, algunas de las prácticas sugeridas son:
Adoptar el modelo de seguridad zero trust
Limitar la posibilidad de que se pueda acceder de forma remota a una cuenta de administrador
Controlar los permisos y accesos asignados a los diferentes datos y servicios, lo que incluye aplicar el principio de menor privilegio para que cada empleado tenga acceso a la información que necesita para realizar su tarea y nada más
Establecer cambios de contraseña
Gestionar procesos de entrada y salida de empleados y cambios de posición internos
Verificar que ningún equipo tiene el puerto RDP abierto
Implementar la autenticación multifactor
Modificar o inhabilitar nombres de usuario y contraseñas que vienen por defecto
Monitorear el uso de credenciales comprometidas en los sistemas internos
Gestión centralizada de logs
Uso de soluciones antimalware