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En el mundo de la literatura digital, la propiedad de los libros pronto será un anacronismo. La gente lee libros electrónicos en los smartphones y las tablets y los descarga a través de conexiones de datos siempre presentes.
Por eso, Amazon y otras compañías como Oyster y Scribd ofrecen un modelo de suscripción por el cual los clientes pagan una tarifa plana por el acceso a una gran cantidad de libros.
Pero esto podría no funcionar para los libros: sólo el 27 por ciento de los encuestados que compran libros adquieren más de diez por año, el volumen necesario para justificar cualquier tipo de tarifa mensual.