Eran los activos bancarios que nadie quería durante la crisis financiera de Europa: pagos retrasados de tarjetas de crédito, hipotecas bajo el agua y préstamos de mal desempeño a pequeñas empresas.
Ahora todo el mundo los quiere.
“Los inversores se vuelcan a Europa porque consideran que es el mejor lugar para comprar carteras en problemas”, dijo Vishal Soni, que compró préstamos inmobiliarios de Deutsche Bank AG en Londres antes de contribuir a la fundación de la firma consultora Oxane Partners Ltd.
“Los nuevos actores aún tienen que probar el mercado, mientras que quienes están presentes desde hace más tiempo advierten que hay menos oportunidades de hacer una oferta ganadora en este momento”.
Los bancos de la región obtenían entre 5 y 40 centavos por euro por los préstamos de mal desempeño a principios de año, mientras que ahora el promedio es de 50 centavos, según PricewaterhouseCoopers LLP.
A medida que aumentaban los precios, también lo hizo la disposición de los bancos de deshacerse de esos activos, dijo Dermot Murphy, que negocia deuda en problemas y es uno de los jefes del grupo de situaciones crediticias de HSBC en Londres.
