Puerto Príncipe.– Más de 1.500 personas, en su mayoría mujeres y niños, están en condiciones inhumanas en cuatro campos de desplazados situados en Poste Marchand, como consecuencia de la nueva ola de violencia que vive Haití a causa de la guerra entre bandas en la zona de Bel-air, en pleno corazón de Puerto Príncipe, a pocos metros del Palacio Nacional.
La conquista de nuevos territorios es el motivo de esta situación, que obliga a los habitantes a huir en masa de sus barrios, algunos de ellos considerados pacíficos, e instalarse en campamentos sin ningún servicio social básico.
Según la ONG Red Nacional de Defensa de derechos humanos (Rnddh), estos nuevos conflictos, que estallaron a finales de febrero, han causado más de 60 muertos y 50 desaparecidos, agravando la ya crítica situación que vive Haití en todos los órdenes.
Cientos de casas han sido incendiadas y la gente ha perdido sus bienes acumulados durante décadas.
Para alimentar a los desplazados, se recurre a personas de la diáspora, a artistas a los que los comités de jóvenes del barrio de Poste Marchand, creados para gestionar los campamentos espontáneos, piden ayuda.
los enfrentamientos los que me trajeron aquí. Perdí a mi hijo en los combates”, comenta Géralda, de 67 años. No pudo continuar la entrevista. “Cada vez que hablo de ello, me vienen cosas a la cabeza”, añade llorando.
Jimmy Cherisier, alias Barbecue, el expolicía que dirige la coalición armada conocida como el G9- es conocido por una atrocidad que coquetea con lo impensable, según los desplazados por ésta y otras guerras urbanas.