EL DÍA publica desde ayer reportajes realizados por el periodista Anyelo Mercedes y el reportero gráfico Elieser Tapia sobre estampas diversas de la frontera con Haití.
En numerosos estamentos, especialmente militares, se dice que en la frontera es “donde comienza la patria”.
La primera entrega de los reportajes se centra en los soldados que tienen la misión de vigilar y cuidar la frontera.
El trabajo en la frontera es una de las encomiendas más difíciles y sensitiva que tiene el Ejército Nacional y uno de los que más sacrificios requiere de los soldados.
Esos militares trabajan y viven en la zona fronteriza teniendo que lidiar con las múltiples complicaciones de cualquier línea divisoria de dos países.
La nuestra tiene la peculiaridad de que está entre un país de desarrollo medio y el país más pobre e inestable del hemisferio.
Por tanto, el trabajo de guardia fronterizo se hace mucho más sacrificado.
Esos militares son merecedores de un trato diferenciado que les haga más llevadera la misión que recae sobre sus hombros.
El Ministerio de Defensa hace bien en enfocar programas de incentivo dirigidos a los guardias fronterizos y en invertir en infraestructura para hacer más amigable la estadía en esa complicada zona.
El guardia fronterizo que cumple con su deber se hace merecedor de las mejores atenciones por parte del Estado cuyo territorio ellos protejen.
