Al paso de los años los choferes de autobuses del transporte público se han convertido en un verdadero peligro al amparo de las autoridades, que han permitido que se apoderen de las vías públicas y el desplazamiento temerario.
Es común también observar cómo los choferes de guaguas participan en carreras en plenas avenidas y calles en la disputa de pasajeros, sin importar que ponen en peligro la vida de los usuarios y de otros conductores.
¿Y los patanistas?
Estos choferes son otros que parecen que no están regulados por ninguna autoridad, y en cualquier calle de la Capital se movilizan como “Pedro por su casa”, principalmente por los alrededores del parque Independencia, por lo que hay que abrirles paso sin dilación.