Santo Domingo.-Las personas con hidradenitis supurativa (HS), conocida popularmente como ‘golondrinos’, no sólo enfrentan el dolor físico, sino también un profundo impacto emocional y psicológico.
Alrededor de dos de cada tres pacientes con esta enfermedad crónica e inflamatoria de la piel presentan trastornos psiquiátricos, incluyendo un alto riesgo de depresión y una probabilidad 2.4 veces mayor de suicidio comparado con la población general. Además, estos pacientes tienen un 50 % más de probabilidades de experimentar eventos cardiovasculares, agravando su salud.
De acuerdo a la doctora Solange Reynoso, médico especialista en dermatología, “la hidradenitis supurativa o golondrinos no es una enfermedad infecciosa como por años se ha creído, tampoco es un asunto derivado de la falta de higiene y no hay que avergonzarse de padecerla. Acudir de manera oportuna al dermatólogo y recibir el tratamiento apropiado puede mejorar significativamente las lesiones y la calidad de vida del paciente”.
Características
Esta patología se caracteriza por lesiones dolorosas como nódulos inflamatorios o abscesos recurrentes en diversas zonas del cuerpo, especialmente en las axilas, región inguinal, glúteos y genitales, que pueden persistir por semanas o meses, afectando la calidad de vida de quienes la padecen.
Sus desafíos
Uno de los mayores desafíos para los pacientes con HS es el subdiagnóstico. No existe una prueba única para detectar la enfermedad, lo que lleva a que sea frecuentemente confundida con infecciones recurrentes, retrasando así el tratamiento adecuado.
Según la American Academy of Dermatology Association, muchas personas viven años con HS antes de ser diagnosticadas, sufriendo de dolor intenso y complicaciones que afectan su vida diaria y movilidad.
La Academia Española de Dermatología y Venereología estima un retraso promedio de siete años en el diagnóstico, lo que complica aún más el tratamiento de la enfermedad.
Síntomas y evolución
La HS suele presentarse en pacientes jóvenes, justo después de la pubertad, con síntomas que incluyen pequeñas áreas de piel con puntos negros; bultos dolorosos y rojos que se agrandan y se abren, causando abscesos que drenan líquido y pus, pueden picar y tener un olor desagradable; o abscesos que sanan lentamente, vuelven con el tiempo y pueden provocar cicatrices y túneles debajo de la piel.
Atención temprana
Para evitar el avance de los golondrinos, los expertos recomiendan que los pacientes acudan lo antes posible a un dermatólogo, pues una atención temprana y tratamiento adecuado pueden cambiar el curso de la enfermedad y prevenir su progresión a formas más graves, fundamentales para mejorar las condiciones de vida de los pacientes.
Presentación
—Manifestaciones
La enfermedad puede manifestarse de manera leve, moderada o severa. De ser uno o algunos bultos en una área de la piel a convertirse en protuberancias, cicatrices y dolor crónico que dificultan el movimiento.