Las muertes de mujeres se ha convertido en una epidemia. Cada día son más frecuentes los casos de feminicidios, mayormente por la incomprensión de los hombres a resistirse a perder una relación amorosa.
Sin embargo, la verdadera razón radica en los antivalores que se inculcan en los hogares, al igual que la descomposición de las familias.
En las casas y en las escuelas hay que enseñar a los jóvenes a comprender que el hombre y la mujer son iguales en derechos y deberes.