La alternabilidad política que propicia la democracia ha permitido que República Dominicana tenga hoy tres expresidentes vivos y vitales, con sobradas muestras de interés de seguir sirviendo al desarrollo del país.

Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina han demostrado que su condición de políticos consagrados la han cimentado sobre la base de aportar para la construcción de una nación de bienestar material e institucional.

Los tres tienen convicciones ideológicas distintas, pero intenciones similares.
Merecen, por tanto, nuestra valoración.

Es lógico que por su condición de figuras públicas y políticas los ciudadanos tengan de ellos valoraciones positivas o negativas, que sus obras de gobierno reciban elogios y críticas, pero eso no les reduce el valor como recursos al servicio de la Nación.

l presidente Luis Abinader, que en un futuro pasará a ser expresidente, asumió la Primera Magistratura en medio de una crisis inimaginable.

Por tanto, requiere de la colaboración de todos los dominicanos de buena voluntad y entre estos ocupan la primera fila nuestros expresidentes.

A pesar de las diferencias políticas que puedan tener, y que tienen, se hace necesaria la existencia de puentes entre el Presidente de la República con los expresidentes y canales de comunicación fiables para con ellos.

En los últimos días se han visto buenas señales, lo cual beneficia a todos.

El velatorio de doña Yolanda Reyna, madre del expresidente Leonel Fernández, fue una muestra de que esos grandes hombres saben poner a un lado las diferencias políticas cuando las circunstancias así lo mandan.