Al presidente Luis Abinader les salieron bien las medidas sanitarias “apresuradas” dentro de la pandemia, y hoy hasta los más radicales opuestos a todo, tiene que reconocerle el éxito de lo que en su momento pareció arriesgado.
Desde las vacunas, para lo que fue necesario acudir a la Sinovac de China, que no estaba en planes y terminó siendo el soporte del proceso de vacunación, luego el experimento de las tres dosis, que también fue replicado por otras naciones, la flexibilización del horario y finalmente la eliminación de las últimas restricciones que dio la libertad a la población de utilizar a su voluntad la mascarilla y que no se exija la tarjeta de vacunación.
La oposición está en lo suyo
Durante sus primeros meses el Gobierno transitó un camino libre de oposición. Los de la Fuerza del Pueblo estaban tranquilos como si fueran parte de la gestión y los morados estaban silenciados por las operaciones anticorrupción que no les permitían sacar la cara ni abrir la boca. Ya al Gobierno le llegó el cambio, hoy sus principales opositores no le sacan el guante.