¡Los evangélicos no tenemos derecho!

¡Los evangélicos no tenemos derecho!

¡Los evangélicos no tenemos derecho!

Lo primero es admitir que soy cristiano devoto, confeso y corazón. Sí, cristiano protestante, evangélico, no católico, no pentecostal, ni bautista, ni nada raro, solo cristiano. Y también muy crítico conmigo y con los hermanos de fe; no fanático y solo respeto los dictámenes de la Biblia. NO sigo a hombre ni mujeres, solo a Cristo que salva.

Los evangélicos no tenemos derecho de imponer a la fuerza nuestras creencias a otros. Porque la salvación es personal y seguir a Cristo es una decisión que cada quien, por separado debe hacer. No tenemos derechos de pararnos en la esquina de un barrio o frente a una casa, sin permiso de la comunidad, ni autoridad, con bocina a todo dar e iniciar a vociferar cuantas cosas entendemos correcto.

Como dice Eclesiastés 3, que todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Entonces nos preguntamos, por qué los hermanos evangélicos deben esperar las 7 de la noche, hora en que las personas regresan a sus hogares para descansar de un día entero de trabajo, para desplegar con cantos mal entonados y gritos desconcertantes en nombre de Dios.

Los que no son cristianos, y con su razón, van a aborrecer eso. Nosotros nos preguntamos, ¿Qué diferencia hay entre un grupo de evangélicos que se para con bocinas o megáfonos al frente de una casa o casas con alabanzas y con oraciones, lecturas bíblicas, y un grupo de jóvenes con su música reggaetón, tecno o jazz?

Entendemos que no hay ninguna diferencia. Porque si a eso vamos, si el evangélico tiene derecho a colocar su verdad en cualquier esquina, los Hare Krishna o Jarecrisna, los Católicos, los Musulmanes, los Judíos y los propios muchachos con su música estridente tienen el mismo derecho.

¿Con que derecho o justificación un cristiano-evangélico se puede parar frente a la casa de un judío con altoparlante en mano a gritar que Cristo viene y que deben seguirlo a Él? Estoy seguro que a un cristiano le molestaría que fuera al revés, que un judío se pare frente a su casa a decir que el Cristo no ha llegado, que Jesús de Nazaret no fue, ni es el mesías.

Pero peor aún, cuando un dominicano trabajador, solo tiene el sábado o domingo para dormir o descansar y se quiere levantar un poco más tarde, y viene un hermano cristiano evangélico a las 7 de la mañana a difundir la Buena Nueva. Créanme que verá al Diablo puro y no entenderá el mensaje, porque es una imprudencia con él y otros ciudadanos que duermen a esa hora y que posiblemente irá a su iglesia o congregación.

Hay reglas que cumplir y en nombre de Dios, los evangélicos estamos violando reglas urbanas que contraviene a las ordenanzas de la Biblia. Porque como dice en Romano que toda ley en la tierra, deviene de la ley divina.

Hay otros que si son organizados y piden permiso a la comunidad y al ayuntamiento y hacen jornadas más eficientes, que pararse a vociferar en una esquina lo que entendemos nuestra verdad.

Debemos respetar la creencia de los demás y recordar que esto es por fe, no por imposición ni porque más se vocifere o se pele más la garganta.

Hay métodos más sutiles para divulgar la palabra de Dios, sin violar el derecho que tiene el otro de no recibir en su casa nuestras verdades.



Ramón Lora R.

Un curioso, indaga. Soy un curioso, estudiador (estudioso) de la comunicación a través de la cultura. Los estudios culturales me dan la oportunidad de entender la diversidad humana. (Base académica y/o estudio: La Familia, Locución, Periodismo, Lingüística, Semiótica y RR.PP.).

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