Los ecuatorianos buscan comida y agua tras terremoto

Los ecuatorianos buscan comida y agua tras terremoto

Los ecuatorianos buscan comida y agua tras terremoto

Mujeres con sus hijos hacen fila durante más de una hora para recibir alimento y agua del gobierno, días después de un sismo en Crucita, Ecuador, el jueves 21 de abril de 2016. (Foto AP/Rodrigo Abd)

CANOAS, Ecuador.— Los ecuatorianos prefieren dormir a la intemperie y luchan cada día por conseguir comida y agua, mientras las réplicas continúan sacudiendo las ciudades arrasadas por un fuerte terremoto de 7,8 grados de magnitud ocurrido el sábado en la noche.

El peor terremoto ocurrido en Ecuador en una década destruyó virtualmente todas las edificaciones de un piso o dos pisos de la población costera de Canoas el pasado 16 de abril. Prácticamente todos los edificios en la población costera de Canoas quedaron reducidos a escombros.

Los residentes, que duermen en campamentos improvisados, dicen que solo rezan para que no llueva.

Un terremoto de magnitud 6,0 sacudió la costa la noche del jueves, seguido por temblores más pequeños. El presidente Rafael Correa dijo que se prevén más réplicas y ha pedido a la gente que mantenga la calma y que resista.

En Canoas, el 98% de los edificios fueron destruidos por el terremoto inicial de 7,8 de la noche del sábado.

Las poblaciones playeras ecuatorianas usualmente están pobladas por turistas que vienen de todos los lugares del mundo a descansar y admirar su belleza tropical.

Pero esta semana se han visto las caras largas y de preocupación de los residentes que están a la espera de provisiones, agua y comida y muchas veces se van sin nada después de estar horas esperando bajo el sol.

Los residentes están usando máscaras para evitar enfermarse por el polvo y el hedor de las calles, como lo han hecho los rescatistas y el personal de ayuda. Medios locales reportaron que algunos turistas que se estaban quedando cerca de Canoas fueron al pueblo a ayudar.

Equipos de rescate continuaban removiendo escombros en las calles que parecían haber sido bombardeadas, pero ya no quedaba tiempo para encontrar supervivientes.

Los rescatistas han advertido de retrasos en la distribución de agua y temen que en los campamentos se esparzan las enfermedades transmitidas por mosquitos. La cantidad de muertos asciende a, por lo menos, 587 víctimas a la noche del jueves y 155 desaparecidos.

El número de damnificados que se quedaron sin vivienda ascendió a 23.500. El conteo final de víctimas puede superar al terremoto de Perú en 2007 y puede convertirse en el más mortífero de los terremotos desde la tragedia de Armenia, Colombia, sucedida en 1999 y que cobró la vida de más de 1.000 personas.

Los daños del terremoto han aumentado las penurias económicas del Ecuador por el colapso en los precios del petróleo. Antes del terremoto, Ecuador se preparaba para una temporada de austeridad fiscal. El Fondo Monetario preveía que la economía ecuatoriana se reduciría en 4.5% este año.