El “deber ser” de nuestro sistema penitenciario es la regeneración de los reos para su posterior reinserción en la sociedad como hombres de bien, reeducados en el respeto a las normas jurídicas y sociales.
En la actualidad coexisten dos “modelos penitenciarios” en la República Dominicana, conocidos como “el viejo modelo” y el “nuevo modelo”.
El primero es un almacén de seres humanos que han reñido con la Justicia, una especie de universidad del crimen donde impera el desorden, el hacinamiento y las malas prácticas.
De un tiempo a la fecha se ha ido construyendo el segundo sistema (el nuevo modelo), basado en la filosofía de la regeneración, de preparar para reinsertar a la sociedad a personas que por diversas circunstancia han reñido con las leyes.
Se han mostrado grandes progresos con ese modelo penitenciario, tanto así que ha sido merecedor de grandes elogios a nivel internacional.
Con la visión de darle atención a quien ha delinquido y permitirle una oportunidad de regeneración, desde hoy la Procuraduría General de la República realiza una feria artesanal con productos elaborados por los internos en diversas penitenciarías.
Acompañemos a las autoridades en este esfuerzo de demostrar a los internos que aún pueden comenzar de nuevo y ser personas útiles para la sociedad.