Así quedó la oficina de Rafael Molina Morillo al momento de su muerte y se mentuvo así hasta junio de 2017 cuando José P. Monegro fue ratificado como u sucesor en la Dirección de EL DIA.
Santo Domingo.-“Los buenos contenidos periodísticos son los que contribuyen a hacer el verdadero cambio y a mejorar la vida de muchas personas.
Aunque yo no los vea, sigan haciéndolo, que la población se los agradecerá”.
Así aconsejaba Rafael Molina Morillo a los reporteros del periódico EL DÍA tras llegar con su caminar pausado y con sigilosos pasos a la redacción del diario, del cual fue precursor y director durante los primeros 15 años.
El doctor Molina, como todos le decían, estuvo acompañado de un equipo de profesionales conformado por el subdirector del diario, José P. Monegro, y los editores Franklin Puello, Lady Reyes, Fausto Polanco, Hugo López Morrobel, Pedro Canó, Ángel Barriuso, Rafael García Romero y Pedro Julio Sánchez, quienes aportaron a este diario gratuito un estilo único en la forma de hacer periodismo.
¿Por qué digo que único? Porque en cada asignación o propuesta de trabajo periodístico que se asignaba a los reporteros todos, desde el doctor Molina, Monegro, los editores, fotógrafos, diseñadores y correctores, procuraban que defendiéramos la verdad, los derechos de las personas, la ética profesional, pero sobre todo que mantuviéramos una rigurosidad en los procesos de investigación de los temas antes de ser publicados.
Pese a que los periodistas de entonces, 2006-2017, teníamos más roce con el entonces subdirector José Monegro, el nivel de exigencia y de calidad de todo lo que se producía era innegociable.
El traspaso
Molina Morillo y Monegro tenían muchos elementos en común. Analizaban las variables de cualquier información y obligaban de una forma muy diplomática (y a veces no tan) a que los periodistas buscáramos la “quinta pata al gato” cuando se trataba de un tema de seguimiento y de interés.
La experiencia la aportaba Molina y la fogosidad Monegro, quien era, y es, bastante exigente con cada historia que se publica.
La relación de estos dos veces colegas, porque ambos eran periodistas y abogados, iba más allá de una relación jefe-subalterno. Cuando ambos se reunían para conversar sobre la portada del periódico cualquier otro tema parecía un encuentro entre padre e hijo.
Había ocasiones en las que consultábamos a Monegro sobre temas delicados y las consecuencias del mismo y él nos decía, en tono muy calmado: “déjenme conversar con el doctor Molina ”.
Con el paso de los años el doctor Molina estaba delicado de salud. Ante esta situación empezó a delegar en JP (José Monegro) todo lo relacionado con la parte operativa y administrativa del periódico. Y de igual forma, fue preparando el relevo para cuando ya no estuviera.
El legado
El domingo 5 de abril de 2017, en horas de la mañana, estaba con la periodista Dominga Ramírez en la oficina de Monegro hablando de los temas que montaríamos en página para la edición del lunes.
Monegro estaba parado frente a su escritorio cuando sonó el teléfono. Tomó la llamada, y al oír el triste mensaje del otro lado del auricular, cayó sin fuerzas en el sillón llorando.
No tuvo que decirnos que Molina había fallecido. Su reacción era bastante elocuente. Su reacción fue la más parecida a cuando a un hijo se le muere el padre.
Dominga corrió en su auxilió mientras yo abría la puerta de la oficina para informales a los pocos compañeros que estábamos en la redacción que el doctor Molina Morillo había partido de este mundo.
La partida del doctor Molina fue dolorosa y difícil para todos nosotros, pero más para él. Molina era más que un director, era su guía, por eso el proceso de asimilación era todavía más duro.
Otra de las características de Molina, quien falleció a los 87 años de edad, es que era organizado en extremo. Meses antes dejó escrito qué hacer y cómo hacerlo tras su muerte.
Salir adelante
Luego de su entierro el periódico debía seguir hacia delante a pesar del profundo dolor que embargaba a toda la redacción. En varias ocasiones vimos a Monegro caminar hacia la oficina que ocupaba en vida el doctor, porque tenían por hábito juntarse en las tardes a conversar sobre todos los temas del periódico. Pero daba media vuelta y, visiblemente triste, retornaba a su oficina a continuar capitaneando el equipo.
En junio de ese mismo año el presidente del Grupo Corripio, José Luis (Pepín) Corripio Estrada, designó de manera formal al periodista y abogado José P. Monegro como director del periódico EL DÍA.
Al asumir su posición dijo que su ejercicio periodístico se cimienta en tres valores fundamentales: la veracidad, la justicia y la honestidad. Y que con mucho orgullo continuaría con el legado que dejó el doctor Molina Morillo en la conducción de este diario de circulación gratuita, desde donde sigue fomentando la precisión en los contenidos informativos, la innovación constante y sus aportes a la excelencia
Sobre rieles
— En marcha
La marcha no ha parado desde aquel 5 de marzo del año 2002, cuando fue puesto a andar el periódico EL DÍA bajo la dirección de Rafael Molina Morillo. Tras su partida el periódico se ha mantenido sobre los rieles.