Los jóvenes desde hace diez días se han tomado la Plaza de la Bandera para protestar por la suspensión de las elecciones el 16 de febrero y reclamar que las reprogramadas para el 15 de marzo se celebren de manera justas y transparentes, pero que previamente se investigue lo que ocurrió, se identifiquen los responsables y que se le aplique el régimen de consecuencias.
Puede afirmarse que parieron un movimiento que se ganó la simpatía de una amplia franja de la población, incluyendo los actores políticos.
Esos mismos jóvenes, de manera espontánea se citaron a la misma Plaza de la Bandera con motivo del Día de la Independencia y de inmediato se ganaron el respaldo de personalidades diversas.
Sin embargo, en la ejecución de la actividad surgió una tarima y un intento de concierto, logrando que la farándula le quitara el protagonismo a esos jóvenes, especialmente aquellos de clase media y media alta que fueron los que se sintieron desafiados también por la farándula cuando un “influencers” intentó quitarle mérito a su protesta.