Londres.– La velocidad a la que se desplazan los ciclones tropicales se ha ralentizado cerca de un 10 % en los últimos 70 años, una tendencia que incrementa el impacto de las inundaciones que pueden provocar, según un estudio que publica hoy la revista Nature.
James Kossin, investigador de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA), indica en su trabajo que el movimiento de traslación de los ciclones, también denominados huracanes y tifones en algunas zonas, se ha ralentizado en ambos hemisferios y en todas las cuencas oceánicas, excepto en el norte del Océano Índico.
“Los ciclones tropicales que tocan tierra se han ralentizado un 20 % en el Atlántico, un 30 % en el noroeste del Pacífico y un 19 % en la región de Australia. Esa tendencia provoca que aumente, casi con seguridad, la cantidad total de precipitaciones e inundaciones”, señala Kossin en un comunicado de la NOAA.
El calentamiento global provoca que se acumule una mayor cantidad de vapor de agua en la atmósfera, por lo que un aumento medio de 1 grado centígrado de la temperatura, unido a una ralentización del 10 % de la velocidad de los ciclones, puede doblar la cantidad de lluvias en una región, según los cálculos del investigador.
El huracán Harvey, que provocó decenas de muertos y miles de desplazados en Estados Unidos el pasado agosto, es para el científico un “ejemplo dramático de las consecuencias que puede provocar un ciclón tropical que se mueve con lentitud o se queda estancado».
El huracán se mantuvo durante cinco días en la zona del Estado de Texas y llegó a revertir su dirección, por lo que impactó dos veces en una misma región.
El estudio publicado en Nature señala que el calentamiento global puede modificar la circulación del aire en la atmósfera, el principal factor que determina la velocidad y la dirección de las tormentas.
“La ralentización el 10 % observada a nivel global ha ocurrido en un periodo en el que el planeta se ha calentado 0,5 grados centígrados”, resalta Kossin.
“Se necesitan muchos más estudios para determinar cuánto más se van a ralentizar los ciclones tropicales si continúa el calentamiento”, agrega el científico.