Bloomberg News.-Tiendas y colchones, cocinas al aire libre, pedidos de ayuda, muestras de exasperación: en el corazón de la Ciudad Luz, los campamentos improvisados de inmigrantes brotan como hongos, una de las últimas consecuencias de los conflictos que hacen estragos en África y Oriente Medio.
Desde comienzos de año, las ciudades europeas se han visto invadidas por una ola sin precedentes de refugiados que supera las posibilidades de acogida de las autoridades locales, mientras que la forma de distribuir a quienes huyen de la guerra y buscan asilo crea tensiones entre los miembros de la Unión Europea.
Los inmigrantes buscan un nuevo lugar donde quedarse luego de que un grupo de 470 fuera desalojado por las fuerzas policiales de un puente situado detrás de la Gare du Nord este mes, acontecimiento que mereció una amplia cobertura en la prensa mundial.
La mayoría de los refugiados proviene de Eritrea y Sudán, según el municipio de París.