Son necesarios y saludables. Todos los cambios que llegan a tu vida, aún aquellos que parecen negativos, acaban siendo positivos. Los seres humanos tendemos a acomodarnos, a encontrar nuestro sitio y crear unas rutinas, unos pensamientos y rodearnos de unas personas que nos den seguridad.

Eso no esta mal. Pero se puede convertir en una barrera para llegar a desarrollar todas las potencialidades que tenemos y, en otras ocasiones, para sentir que algo nos falta y no sabemos qué es.

Siempre he pensado que la ambición es necesaria en sus dosis justas, que el tesón nunca debe dejar de acompañarnos y que trazarte unas metas es muy importante.

Para lograrlo en algunas ocasiones hay que perder el control de las cosas, en muchas otras hay que equivocarse y en la gran mayoría hay que confiar en otras personas que te empujen y acompañen en estos cambios.

Hoy siento que cada día más nos encerramos, veo como reina un sentir más individual que colectivo, las personas estamos más enfocadas en el yo que en el nosotros y eso se traduce en muchas, muchas frustraciones y ahí es que uno se anquilosa y no avanza.

Hay que cambiar, hay que arriesgarse, hay que confiar y sobre todo hay que trabajar.
No cierren la puerta a oportunidades por miedo o por comodidad, no vean los obstáculos como una excusa para detenerse, no dejen que nadie les diga que no sirven para algo, inténtenlo, si funciona bien sino intenten otra cosa.

No crean que las cosas van a llegar a su puerta, hay que salir a buscarlas y sobre todo hay que tener iniciativa y muchas, muchas ganas de aprender. Nunca sabes dónde vas a encontrar el éxito si te quedas parado y seguro en tu burbuja.
Deja que llegen los cambios.