Los BRICS se desaceleran

Los BRICS se desaceleran

Los BRICS se desaceleran

Frederich E Berges

Hace poco más de dos años, en la ocasión del final del Mundial de Fútbol en Brasil, escribimos varios artículos acerca del bloque internacional denominado BRICS, o sea Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, consideradas en la ocasión por la mayoría de expertos y responsables del diseño de políticas mundiales como los nuevos promotores del crecimiento global.

En la ocasión, sus dirigentes al finalizar la reunión constitutiva en Brasil, anunciaban una serie de acciones encaminadas a la creación entre ellos de varias instituciones de carácter mundial que parecían iban encaminadas a competir, y si no al menos como alternativa viable, del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, ahora parece que tales iniciativas se han ido enfriando, no tanto el respaldo de cada uno de los países BRICS, sino por el propio devenir de la economía mundial y los problemas propios de casi todas las economías en desarrollo, como son las instituciones débiles, mala gobernanza y corrupción generalizada.

Las economías de Rusia y Brasil se están contrayendo, la primera principalmente por la caída en los precios internacionales del petróleo y su falta de capacidad para aumentar el desarrollo del sector energético, mientras Brasil no sale de su recesión y escándalos sin precedentes de corrupción.

China y Sudáfrica han ralentizado su desarrollo, intentando China reequilibrar su economía, para pasar de un modelo impulsado por las exportaciones a uno basado en el consumo interno, mientras que Sudáfrica permanece estancada en medio de la parálisis económica africana.

Solo la India ha podido sostener una tasa de crecimiento alta que inclusive ahora supera la de China, sosteniendo las mejores condiciones económicas a corto plazo, aunque sigue adoleciendo de la necesidad de serias reformas estructurales.

Mientras, la economía mundial ha retomado su equilibrio clásico del cual no se escapa nuestro país.



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