En la época medieval, la mostaza fue una de las especias más corrientes, teniendo en cuenta su facilidad de cultivo y de empleo, tanto gastronómico como medicinal.
Al existir un mayor consumo de carne que en la época romana se hizo imprescindible para realzar su sabor y para disimular la carne en mal estado de conservación.
La mostaza es un condimento muy popular para aderezar fiambres y embutidos, también realza los aliños para ensalada, algunas mayonesas y salsas de queso. Pero sobre todo, y por tradición, es acompañante de carnes.
Existen diferentes sabores y colores, dependiendo de qué mostaza sea, hay amarilla, marrón o verde y su sabor va desde el tenue hasta el más fuerte.
Los beneficios
La acción antioxidante de la vitamina C hace que el consumo de mostaza sea beneficioso para nuestra vista, piel, oído y aparato respiratorio.
Además, puede ayudarnos a reducir los síntomas del resfriado y a combatir enfermedades como el estreñimiento y el hipertiroidismo.
También es recomendable durante la menopausia, ya que la vitamina C ayuda a reducir los sofocos y otros síntomas de la menopausia. Es rica en varios minerales importantes para tener una buena salud.
Chuleta en salsa de mostaza
Ingredientes
8 chuletas de cerdo de riñonada
2 dientes de ajo
3 cucharadas de tomate picaditos y fritos
2 cebollas
100 cucharadas de jerez
Nata líquida, porción de acuerdo a cantidad de carne
2 cucharadas de mostaza de Dijon
1 pizca de sal
Aceite de oliva para freír
Sazón al gusto
Preparación
Sazonar las chuletas y freír en aceite. Saltear las cebollas y el ajo picados. Añadir el tomate frito y el vino. Dejar evaporar el alcohol.
Mezclar la crema de leche y la mostaza y añadir al sofrito. Servir las chuletas con la salsa por encima.