
CANADÁ.-El canadiense es un consumidor exigente, pero leal cuando encuentra un producto que llena sus expectativas.
Está dispuesto a gastar, pero no a pagar más de lo que se debe y por tanto, para ganárselo hay que entenderlo.
En el turismo, el país con sus encantos naturales ha logrado conquistar un segmento que cada año va en busca de sol y playa a territorio dominicano y en esas visitas ha tenido contacto con productos dominicanos que han llamado su atención.
Justo esa ventana abierta por 825 mil turistas que en 2017 visitaron el país es la que quiere aprovechar un grupo de artesanos que empacó una muestra de los productos que los distinguen para ampliar sus horizontes.
El larimar es la “joya de la corona” en la exhibición del grupo de artesanos que vino a la “Primera semana turística, económica y cultural dominicana en Canadá” que organiza la embajada dominicana en este país.
Cada uno tiene su historia, que espera sea coronada con lograr abrirse paso en el mercado canadiense.
Para Doris Solís y Jeffrey Fricas, madre e hijo, el larimar es parte de la familia y ellos se sienten parte de la historia de la joyería con esa piedra exclusiva de República Dominicana.
