Los antivalores al ataque

Los valores éticos están en crisis, en el mundo entero. Cada día se destapa algún escándalo que deja muy mal parada a la moral, ya sea en el campo de la criminalidad o en el de la conducta personal de protagonistas notables por la importancia de la posición que ocupan en la vida pública.

El más reciente caso que debería movernos a la reflexión para buscar la forma de preservar la decencia en el hogar, en la calle y en el trabajo, es el escenificado por el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn.

Pero no es el único. Por el mismo camino han transitado, cada uno con su historia y sus peculiaridades particulares, el expresidente norteamericano Bill Clinton, el expresidente israelí Moshe Katsav, la estrella del golf Tiger Woods, el actor y político  Arnold Schwarzenegger, y tantos otros personajes que han debido ser más cuidadosos con su bien ganada fama.

Por otro lado tenemos a los cultores de la corrupción en todas sus facetas, incluyendo a los narcotraficantes que se mueven cada vez con mayor libertad apoyados en complicidades insospechadas.

¿Cómo volver al imperio de los valores éticos? Tremenda tarea la que toca a las generaciones presentes, si no queremos pasar a la historia como los depredadores de la moral y causantes del derrumbe de la civilización.