Los anteproyectos

Cuando el presidente Fernández me incluyó en una Comisión creada para revisar la legislación sobre libertad de expresión y medios de comunicación, yo supe que se me estaba colocando frente a una tarea ciclópea.

Después de casi tres años a lo largo de los cuales los comisionados debatimos criterios, consultamos legislaciones foráneas, escuchamos opiniones y celebramos coloquios sobre el tema en cuestión, arribamos a un final consistente en cinco anteproyectos de ley que presentamos al Presidente para su ponderación final.

Quiero hacer aquí dos precisiones. La primera, que aunque Leonel Fernández participó en un par de las reuniones de trabajo que tuvo la Comisión, nunca impuso un criterio ni una idea, así como la Comisión tampoco acomodó su trabajo al gusto del Presidente.

La segunda precisión necesaria es que en todo momento hemos estado conscientes de que nuestro trabajo siempre podrá ser mejorado. Por eso me parece atinado que el presidente Fernández propicie, como lo viene haciendo, la celebración de foros de discusión para que todos los interesados puedan hacer observaciones y proponer cambios a los anteproyectos, antes de que el Poder Ejecutivo los someta al Congreso con fines de aprobación final.

Son varios los escenarios en los que ya se han planteado tesis y formulado críticas a los trabajos realizados por la Comisión. En algunos de esos escenarios los anteproyectos han sido calificados de mamotretos. A mí no me molesta, porque desde el principio supe que así iba a suceder.

Quiero dejar constancia, eso sí, de que hicimos el trabajo que creímos mejor. Solo deseo que al final, después de que esas leyes sean discutidas en reuniones académicas, gremios, sindicatos, vistas públicas y sesiones del Congreso Nacional, el resultado sea bueno para el país y para la libertad de expresión.