Santo Domingo.- Como si se tratara de un relato entre colegiales, muchas de las imputaciones que se le hacen a Jean Alain Rodríguez Sánchez, en el caso Medusa fueron ejecutadas a través de “amigos de infancia” que sirvieron desde reclutadores de empresas constructora, negociadores de los sobornos, receptores de dinero o testaferros.
Resulta más que evidente, según consta en la acusación, que el exprocurador general de la República confiaba a plenitud en esos “amigos de infancia”, pero fue justamente el testimonio de muchos de ellos lo que robusteció la acusación.
La mayoría de ellos, incluyendo sus hermanos, colaboraron con la investigación del ministerio público y por tal motivo se libraron de estar como imputados, aunque sus testimonios dejan claro su activa participación en las acciones de corrupción.
En los casos de corrupción en la compra de alimentos para los presos, el cobro de sobornos para el Plan de humanización de los centros penitenciarios y compras de inmuebles sobrevaluados para el Ministerio Público el imputado se auxilio de personas cercanas a él antes de que fuera designado Procurador General de la República.
Los testimonios de Anton Casanova y Enrique Bonetti fueron fundamentales para entender como funcionaba el entramado de corrupción en torno a las construcciones del proyecto de humanización de los centros penitenciarios. Ambos eran amigos cercanos de muchos años de Jean Alain Rodríguez.
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La otra pieza relevante para terminar de armar el rompecabezas fue Rafael Stefano Canó Sacco, jefe del gabinete del exprocurador, quien fue arrestado en España, pero que confesó importantes detalles de la operación fraudulenta conocida como el caso Medusa.
Casanova y Bonetti confesaron ante la Procuraduría que a instancia de Jean Alain reclutaron empresas para que brindaran servicios en el denominado “Plan de humanización de los centros penitenciarios” y negociar el pago del soborno a la estructura mafiosa, el cual debía ser de un 20 por ciento del total contratado.
Incluso, servían para presionar los pagos convenidos con Rodríguez Sánchez.
También en lo relativo a la utilización de testaferros para comprar propiedades inmobiliarias, en el expediente sale a relucir otro amigo de infancia de Jean Alain Rodríguez. Se trata de Eric Fernando José Mejía Almonte, quien fungió como prestanombre para una operación en la que se sobrevaluó en 12 millones de pesos un solar para construir 18 parqueos de la Fiscalía del Distrito Nacional.
El mismo Mejía Almonte fungió como testaferro para que con esos doce millones comprar un apartamento cuyo propietario real era Jean Alain Rodríguez.
También los rasgos de amistad antigua o familiaridad salen a relucir en lo relativo al caso de las acciones fraudulentas con la compra de alimentos para los reos, en el cual tiene como principal figura un cuñado de Jean Alain Rodríguez, esposo de su hermana Ariadne Aimee Rodríguez Sánchez.
La acusación indica que Ralando Sebelén Torres estaba implicado en numerosas irregularidades en la venta de alimentos, aprovechando la familiaridad con Jean Alain Rodríguez.
Aunque Sebelén Torres está entre los imputados, la hermana de Jean Alain fue excluida de la lista de imputados.
En el tema de los alimentos también se señala que Alex Camille Yaryura Pérez adquirió una compañía para venderle alimentos a los presos, aprovechando que era un “amigo de infancia” de Jean Alain Rodríguez.
“Luego, en el mes de septiembre del año dos mil dieciséis (2016) el señor Saek Tejada le hizo la propuesta al señor Alex Camille Yaryura Pérez, de comprar una empresa de unos allegados que había sido suplidora del alimentos para las cárceles de la Procuraduría General de la República durante el periodo 2012-2016, ya que el acusado Jean Alain Rodríguez Sánchez, amigo de la infancia de Yaryura, había sido nombrado cabeza de esa institución”, indica la acusación.