Las lluvias han puesto al desnudo la realidad que se vive en muchos sectores del país, donde la situación es sumamente diferente a lo que se expresan en los informes oficiales y de organismos internacionales.
La pobreza es extrema en muchos barrios, donde la gente se resiste a abandonar sus pertenencias ante la amenaza de cualquier fenómeno atmosférico, pese a las advertencias de los organismos de socorro.
El hacinamiento es otra de la realidad que viven esas personas en espera de la ayuda del Gobierno y de la solidaridad de las personas que puedan ofrecer alguna ayuda.