Lo que tu nariz revela sobre tu cerebro: cómo el microbioma nasal podría anticipar el deterioro cognitivo
La pérdida del olfato no es un síntoma menor. De hecho, puede ser la primera señal de alerta de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Un estudio reciente identificó 139 afecciones —neurológicas, somáticas y hereditarias— que pueden manifestarse a través de una alteración en el sentido del olfato.

Aunque la relación entre disfunción olfativa y deterioro cognitivo está bien documentada, todavía no está claro si una provoca a la otra o si ambas son consecuencia de un mismo proceso, como el envejecimiento cerebral. Con ese interrogante como punto de partida, un grupo de investigadores de la Universidad de Fudan, en China, decidió enfocarse en un actor poco explorado: el microbioma nasal.
Qué es el microbioma nasal
El microbioma nasal es el conjunto de microorganismos que habita en nuestras fosas nasales. Según un estudio publicado en Translational Psychiatry, su composición podría ser clave para comprender por qué la pérdida del olfato y el deterioro cognitivo suelen ir de la mano.

“Nuevas evidencias muestran que la disfunción olfativa, común en el envejecimiento, se relaciona con un mayor riesgo de deterioro cognitivo”, explicaron los autores.
Para investigar esa conexión, analizaron a 510 adultos mayores (con una edad promedio de 77,9 años). Evaluaron su capacidad olfativa con una prueba estandarizada (BSTI), midieron su estado cognitivo mediante dos escalas clínicas y analizaron su microbioma nasal a partir de muestras biológicas.
Qué encontraron los investigadores

Los resultados fueron reveladores. Descubrieron que las personas con pérdida parcial del olfato (hiposmia) presentaban una mayor diversidad bacteriana en la nariz. Además, identificaron 18 géneros bacterianos vinculados a la función olfativa, y encontraron que ciertos perfiles microbianos se asociaban con distintos niveles de deterioro cognitivo.
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Por ejemplo, aquellos con un microbioma dominado por la bacteria Corynebacterium mostraban una menor prevalencia de deterioro cognitivo leve, en comparación con quienes tenían un predominio de Dolosigranulum o Moraxella.
“Estos resultados sugieren que ciertos microorganismos podrían tener un papel en la conexión entre olfato y salud cerebral”, concluyeron los científicos.
Un nuevo camino para detectar el Alzheimer
Este hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias de detección temprana del deterioro cognitivo, basadas en el análisis del microbioma nasal. La doctora Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga y experta en olfato, señaló: “Hasta hace pocos años, el sentido del olfato no era evaluado clínicamente. Pero desde la pandemia y con el avance de estas investigaciones, se ha convertido en una herramienta clave para el diagnóstico temprano”.
En un contexto donde el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas siguen siendo difíciles de diagnosticar en etapas iniciales, este enfoque podría marcar una diferencia. La nariz, más allá de percibir olores, podría convertirse en una aliada fundamental para cuidar nuestra salud cerebral.
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