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Lo que se perdió y se busca con el regreso de Moral y Cívica en clases

Ausencia de asignatura hizo se pierda el respeto por las normas, la sensibilidad frente a la injusticia. Debilidad. Encuestas dan cuenta de que se debilitó compromiso con los valores.

Santo Domingo.-Cuando la asignatura de Moral y Cívica desapareció formalmente del sistema educativo dominicano, a finales de los años noventa, se perdió mucho más que un espacio en el horario escolar.

Lo que se desdibujó fue la oportunidad de seguir instruyendo a las generaciones siguientes con los principios básicos de ciudadanía, convivencia, respeto y responsabilidad social.

El vacío se hizo evidente con los años. Las evaluaciones internacionales y los estudios locales fueron revelando debilidades como estudiantes con bajos niveles de conocimiento cívico, jóvenes indiferentes frente a la democracia, actitudes discriminatorias normalizadas y una confianza cada vez menor en las instituciones públicas.

Un ejemplo de este deterioro lo muestran los resultados del “Estudio internacional de educación cívica y ciudadana (ICCS)”: en 2016, República Dominicana obtuvo el promedio más bajo de conocimiento cívico entre los países participantes.

La situación no había cambiado significativamente desde la primera medición en 2009. Dicho de otra forma, pasaron los años y estudiantes seguían sin estar preparados para asumir plenamente su rol como ciudadanos del siglo XXI.

La “Encuesta de cultura democrática 2022-2023” también fue contundente, pues reveló que en la última década se debilitó el compromiso con los valores democráticos y aumentó la indiferencia hacia el sistema político, especialmente entre los jóvenes.

Mientras más bajo era el nivel educativo, más alta era la apatía y la disposición a aceptar sistemas autoritarios.

En paralelo, persistían prejuicios de género, raciales y contra minorías, así como la legitimación del nepotismo como práctica social aceptada. La suma de estos factores generó una ciudadanía menos interesada en la política, menos crítica frente a las violaciones de derechos humanos y más desconfiada de las instituciones.

Lo que se perdió al dejar de enseñar Moral y Cívica no puede medirse únicamente en evaluaciones educativas. Se perdió la posibilidad de cultivar, desde la infancia, valores que funcionan como anclas sociales: el respeto por las normas, la sensibilidad frente a la injusticia, la participación en la comunidad y la comprensión del bien común.

En ausencia de esa formación sistemática crecieron generaciones que, aunque formadas en otros saberes académicos, no recibieron un acompañamiento escolar explícito en ética, ciudadanía y civismo.
Muchos aprendieron esos valores sólo en el hogar (cuando los había), otros en la calle, y algunos simplemente no los internalizaron.

Ese vacío se tradujo en fenómenos palpables: baja participación en procesos comunitarios y políticos. La normalización de prácticas antidemocráticas, también la percepción generalizada de corrupción y clientelismo.

Mayor tolerancia a la exclusión y la discriminación.
El país dejó de construir una ciudadanía activa y empezó a convivir con una ciudadanía más pasiva, desconfiada y fragmentada.

El regreso de la materia
A partir del año escolar 2025-2026, el Ministerio de Educación (Minerd) dispuso de forma oficial que se retomara la asignatura Moral, Cívica y Ética Ciudadana en todos los niveles educativos, mediante la Ordenanza 02-2025. No será un simple regreso nominal.

Se trata de un esfuerzo profundo, diseñado con guías, textos y metodologías pensadas para responder a los desafíos del presente.

El retorno de esta asignatura busca, nueva vez, despertar ese sentido de pertenencia hacia una país que cuando escuchaba el himno nacional se detenía en señal de respeto.

O si escuchaba a todo pulmón decir !Atención!, en señal previa de que se subiría la bandera, hacía que la gente, e los vehículos que circulaban, se detuvieran en alto para mostrar respeto por la bandera tricolor.

Y ni qué decir del respeto a los mayores o, simplemente, poder ejercer normas de convivencia tan simples como los buenos días, por favor y gracias.

Lo que debe entender el ciudadano que cuando se habla de Moral, Cívica y Ética Ciudadana no es hablar de una materia más para memorizar conceptos. Es conversar de una asignatura que busca modelar conductas y construir hábitos.

El ciudadano común debe entender que esta educación no se limita a un aula: se trata de un entrenamiento social para convivir mejor, resolver conflictos sin violencia, respetar al otro, participar en la vida pública y defender la democracia.

Por eso, las nuevas guías contemplan metodologías vivenciales: proyectos comunitarios, parlamentos escolares, debates éticos, simulaciones y hasta alianzas con instituciones como el Defensor del Pueblo o el Ministerio de Medio Ambiente. No se trata de recitar artículos de la Constitución, sino de vivir la ciudadanía desde la escuela.

La reincorporación de esta asignatura es en palabras del Minerd, “una inversión estratégica en el futuro de la República Dominicana”.

El objetivo es que cada estudiante salga del sistema educativo con las competencias éticas y ciudadanas necesarias para transformar la sociedad.

En términos prácticos, se espera que los estudiantes participen activamente en su comunidad; rechacen prácticas de corrupción o discriminación.

También defiendan los derechos humanos y se sientan orgullosos de su identidad nacional.
De igual forma, se conviertan en ciudadanos críticos, con pensamiento ético y responsabilidad social.
No todo será sencillo.

El Ministerio reconoce que habrá desafíos, algunos docentes podrían mostrar resistencia a adoptar nuevos enfoques pedagógicos; algunos estudiantes provienen de entornos marcados por la violencia o la desigualdad, lo que dificulta la internalización de valores, y medir el impacto de la asignatura en comportamientos reales es mucho más complejo que evaluar conocimientos.
Esto no es poesía, es la realidad de que la escuela, por sí sola, no resolverá.

Detalles

—1— Los libros
Todavía no han sido entregados en las escuelas pero arrancará este año escolar.
—2— Capacitación
Previamente se realizó una capacitación docente, metodologías activas y evaluaciones continuas.
—3— Un después
En este contexto global de polarización política, desinformación en redes sociales y crisis de valores, la decisión de retomar esta asignatura puede marcar un antes y un después.

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Dayana Acosta

Periodista dominicana con maestría en Comunicación Corporativa y Gerencia Hospitalaria y Seguridad Social. Apasionada de la investigación y de contar historias con propósito.

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