Lo peor
Los que andan como alma en pena del lugar del desastre a Patología Forense y de allí a los hospitales en busca de alguna información sobre sus familiares, es lo peor que queda de este lamentable suceso, porque estas personas sufren hasta el hecho de ver los equipos mecánicos removiendo fragmentos de hormigón o con oír el ruido de las maquinarias.
Los propios responsables de la operación, al cerrar anoche una etapa de su trabajo, dejan ver que los márgenes para el optimismo son muy cortos.
La solidaridad
Ha llegado de todas partes, y en por lo menos dos casos como apoyo técnico, que no es poca cosa en casos como estos. Los puertorriqueños y mejicanos se hicieron presentes ayer.
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