En el país los temas son recicables. Cada cierto tiempo un asunto copa la atención colectiva, mientras la cotidianidad sigue su curso con los mismos problemas.
Desde hace varias semanas solamente se habla sobre si primarias abiertas o cerradas, ahora sobre asambleas de dirigentes o de delegados para que los partidos escojan sus candidatos.
Sin embargo, persisten los males de siempre: delincuencia y criminalidad, alzas en productos y combustibles, desesperanza y la falta de oportunidades.