En el diccionario de las emociones oscuras de Jhon Koening se da nombre a una emoción compleja, que es la que sentimos cuando nos cruzamos con otra persona por la calle y nos miramos a los ojos unos segundos. Parece que nos espían o que espiamos por un pequeño hueco en la pared y eso nos hace sentir vulnerables. La emoción ahora tiene nombre: opia. Porque no son los ojos los que irradian belleza, sino las miradas.
Cuando viajamos en tren, estamos sentados en un restaurante o caminamos por nuestra ciudad, nos cruzamos con personas muy distintas y a veces intercambiamos miradas, incluso sin darnos cuenta. Las miradas dicen muchas cosas de nosotros, nos delatan cuando estamos tristes, enfadados, enamorados, preocupados o cansados.
“No sé ni tu nombre, solo sé la mirada con que me lo dices.”
-Mario Benedetti-
Descubre lo que hay detrás de una mirada
Si nos sentamos delante de una persona, le preguntamos cómo se siente y nos sonríe, quizás si la miramos a los ojos podemos ver que esa sonrisa no es real, que no acompaña a lo que realmente siente la persona. Las miradas forman parte de la comunicación no verbal y nos enseñan muchas cosas de los demás.
Los movimientos de los ojos han sido estudiados por la Programación Neurolingüística (PNL), que ha llamado a ese lenguaje de los ojos “claves de acceso ocular”. Bandler y Gringer, los fundadores de la PNL observaron multitud de vídeos para descifrar el significado de los movimientos oculares.
Llegaron a una conclusión clara: dependiendo del tipo del movimiento de los ojos, las personas pueden estar utilizando diferentes partes del cerebro y diferentes sentidos, por lo que se habla de cuatro sistemas distintos de procesamiento:
Visual
Por lo general, cuando una persona mira a la parte superior derecha está construyendo una imagen. En cambio, si mira a la parte superior izquierda, está recordando una imagen.
Auditivo
Una persona que recuerda sonidos mira hacia la izquierda y si los construye hacia la derecha. En muchas ocasiones, este movimiento de los ojos va acompañado de una inclinación de la cabeza.
Cinestésico
Si una persona mira a la parte inferior derecha significa que está teniendo acceso a sus sentimientos, por ejemplo, cuando estamos tristes tendemos a bajar la mirada.
Auditivo-digital
En este sentido, si dirigimos la mirada a la parte inferior izquierda, estamos hablando de nosotros mismos.
“El alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada.”
-Gustavo Adolfo Béquer-
Pero no todas las personas funcionan de esa forma, e incluso a veces se combinan sistemas de procesamiento diferentes, por lo que tenemos que tener cuidado cuando generalizamos.
Para averiguar cómo funciona una persona podemos hacer preguntas sencillas, por ejemplo: ¿cómo imaginas tu trabajo en el futuro? De esa forma veremos la forma de reaccionar ante las creaciones visuales y tendremos un punto de partida para interpretar sus formas de mirar.
El poder de las miradas
Una mirada puede ser interpretada de muchas maneras, pero también puede transmitir muchos sentimientos y emociones.
En el año 2014, la revista Psychology Today publicó un artículo en el que expuso las conclusiones que se habían alcanzado sobre el poder de las miradas. Las conclusiones se resumen en cinco apartados:
1. El contacto visual excita
Si miramos fijamente a los ojos a otra persona generamos una sensación de excitación, aunque la interpretación de la mirada dependerá del contexto en el que nos encontremos.
Si nos mira una persona que no conocemos durante mucho tiempo y fijamente, podemos interpretarlo como una amenaza o un peligro y sentir miedo. Sin embargo, si se trata de una persona que conocemos y que nos gusta, una mirada intensa puede producir excitación sexual.
2. Los ojos desvelan si una sonrisa es o no honesta
Para distinguir si una sonrisa es honesta o no lo es, el psicólogo Paul Ekman sostiene que hay que observar la mirada. Si una sonrisa es honesta y sincera, los ojos se achinan y se generan patas de gallo en los extremos.
3. La dilatación de la pupila denota interés
Si una persona tiene interés se dilatan las pupilas, y esa dilatación nos hace parecer atractivos. En este sentido, se realizó un estudio en el que se mostraba dos fotos de una mujer y en una de ellas se alteró artificialmente el tamaño de las pupilas. El resultado fue que la foto en la que la mujer aparecía con las pupilas más dilatadas se consideró más atractiva.
4. La mirada recíproca es un signo de amor
Las investigaciones han observado que mirarse mutuamente de forma intensa es signo de interés recíproco. Esa mirada sostenida entre dos personas que ya se conocen denota admiración y amor.
“Déjame entrar, déjame ver algún día como me ven tus ojos.”
-Julio Cortázar-
5. El contacto visual puede ser engañoso
Siempre se ha pensado que las personas que mienten desvian la mirada, pero en realidad, una persona mentirosa pone toda su energía en que su interlocutor la crea, por lo que mira más intensamente a los ojos. Por el contrario, quien dice la verdad no necesita demostrar nada, por lo que puede que se distraiga y mire a otro sitio en lugar de mirar a los ojos de su interlocutor.