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Llorando, fanáticos despiden a Jackson en un acto emotivo y surrealista

El Día Por El Día
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LOS ÁNGELES, EEUU.– Las lágrimas corrieron y las manifestaciones de amor al ídolo abundaron: Michael Jackson fue despedido por una multitud que le lloró al unísono en Los Angeles.

«Éste ha sido el momento mas emotivo de mi vida», dijo a la AFP Donna Green, del club de fans de Jackson en Las Vegas, quien pagó 300 dólares por un boleto para el acto conmemorativo en el Staples Center, aunque los tickets habían sido entregados gratuitamente por los organizadores tras un sorteo.

«Cuando habló Paris fue la parte más emotiva; me dejó tan débil que no me podía parar», dijo Green en referencia a las palabras entrecortadas por el llanto de la hija de Jackson en el escenario, en el cierre del acto, cuando subieron a escena los hermanos e hijos del fallecido cantante.

«Desde que nací, papi fue el mejor padre que se puedan imaginar y sólo quería decir que lo quiero mucho», dijo la niña de 11 años ante una silenciosa audiencia. Luego rompió a llorar en los brazos de su tía Janet Jackson.

Era la primera vez que hablaba en público y el estadio al unísono soltó el llanto. Los dos hermanos de Paris, Prince Michael, de 12 años, y Prince Michael II, de siete, también estuvieron junto a toda la familia del cantante, ocupando la primera fila justo frente al féretro dorado coronado con gran cantidad de rosas rojas.

El más pequeño, conocido como «Blanket», jugaba con un muñeco que representaba a su padre.

«Fue un poco extraño tener el cuerpo ahí, a todos los artistas se les quebraba la voz», dijo el venezolano Juan Zadala, quien ondeó emocionado una bandera de su país cuando los artistas cantaron «We are the world».

«Yo lloré todo el tiempo, imagínate. Soy cinco meses mayor que Jackson y crecí con su música», dijo Zadala, quien vive en Los Angeles.

Para algunos, Jackson, fallecido el 25 de junio de un paro cardiaco, es un dios. «Fue como Jesucristo. Jesús murió por nuestros pecados y nosotros matamos a Michael a través de lo que hicimos», dijo Selah Flores, de 28 años, ataviada con una túnica blanca que sólo dejaba ver su rostro, mientras recorría las zonas aledañas al Staples Center.

Felicia Jones, de 43 años habitantes de Los Angeles, recordó que su hermano bailaba desde hacía 15 años con el cuerpo de baile del ícono pop.

«El espectáculo fue poderoso, desgarrador. Fue una de las cosas más emotivas que he visto», dijo. Cuando terminó el acto, un avión escribió en el cielo las iniciales de Jackson, MJ, encerradas en un corazón. Los hermanos del «Rey», vestidos de negro con corbata amarilla y un solo guante blanco, cargaron su féretro.

El estadio donde se despidió a Jackson era desde temprano en la mañana sobrevolado por helicópteros, mientras centenares de policías impedían la entrada a la zona a quienes no tenían una de las 17.500 preciadas entradas.

«Quisiera guardar este recuerdo para siempre», dijo a la AFP Lorne, de 32 años, cuando esperaba en la fila para ingresar al centro deportivo antes de que comenzara el acto, que fue transmitido a través de las pantallas de televisiones a millones de personas en el mundo.

Aunque algunos fanáticos tenían lágrimas en sus ojos, la mayoría tomó fotografías y aplaudió el ingreso de las estrellas del entretenimiento que participaban del homenaje.

Motoristas, vendedores de recuerdos y fanáticos incondicionales pasaban atónitos cerca de 11 elefantes asiáticos pertenecientes al circo Ringling Bros and Barnum and Bailey que, casualmente y sin vinculación con el homenaje a Jackson, desembarcaron en esta zona de Los Angeles poco antes del acto.

En las afueras del Staples Center decenas de vendedores intentaron sacar ganancias de este evento que concitó la atención mundial ofreciendo camisetas, relojes, discos, DVD o pañuelos. Y otros aprovecharon para protestar contra una persona que consideran enferma.

«Era un pervertido y para esta gente es como un héroe. La sociedad está corrompida», dijo Ben Phelps, de 33 años, que junto a un grupo de amigos cristianos llegó frente al Staples Center con pancartas que decían «Jacko go to hell» (Jacko vete al infierno).

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