Llegó la sensatez

Llegó la sensatez

Llegó la sensatez

Todavía resulta increíble que desde el Senado de la República haya salido un mamotreto tan absurdo como lo aprobado por Ley de Extinción de Dominio. Eso puede llamarse como un monumento a la sinrazón.

La salida de la Cámara Alta violenta, de manera abierta, principios como presunción de inocencia, la no retroactividad de las leyes, respeto a la propiedad privada y la presunción de comprador de buena fe.
Aprobaron eso haciéndose los sordos ante los señalamientos de los especialistas del derecho constitucional, instituciones sociales y hasta la procuradora General de la República.

La sinrazón llegó a tales niveles que un honorable senador, politólogo de profesión, llegó a calificar como “cartel de constitucionalistas” a aquellos expertos en Derecho Constitucional que señalaron que parte de lo aprobado se contraponía con la Constitución.

Por fortuna la sensatez retornó al Congreso Nacional y en la Cámara de Diputados se empezaron a corregir muchos de los absurdos aprobados por los senadores.

El país requiere una Ley de Extinción de Dominio, por eso lo que salga del Congreso tiene que ser la ley correcta, conforme a la Constitución de la República, para que no le ocurra como a los tollos de Ley de Partidos y del Régimen Electoral, que el Tribunal Constitucional prácticamente las ha desmembrado.

Las modificaciones aprobadas por unanimidad por los diputados van en el camino correcto, pero lo más importante es que en las discusiones previas participaron senadores, lo que indica un cambio de actitud.

El proyecto, con sus modificaciones, ha sido aprobado en primera lectura por unanimidad por los diputados.

Parece que cuando vuelva al Senado, será tratada con una óptica más racional y esperamos que en el proceso se salve el vicio de haber tratado como ordinario un proyecto que sin lugar a dudas afecta derechos fundamentales y por tanto tiene carácter de orgánico.

El Congreso tiene la oportunidad de actuar correctamente con el proyecto en cuestión.