Llegó el lechero

Llegó el lechero

Llegó el lechero

¡Qué bonito podría ser mi país!

Sueño, por ejemplo, con un solemne Congreso Nacional integrado por legisladores verdaderamente preocupados por los asuntos nacionales, en vez de estar pensando en sus exoneraciones, sus privilegios y sus barrilitos. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con una Policía Nacional depurada en sus filas, cuyos miembros tengan el concepto y la disposición de servir a los ciudadanos, y que no se asocien con la delincuencia. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con cuatro alcaldes del llamado Gran Santo Domingo que sean capaces de poner los intereses particulares a un lado y enfrentar juntos el problema del vertedero de basura de  Duquesa antes de que se desate una epidemia que no podamos controlar. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con un presidente de la República que castigue con destitución y cárcel, sin contemplaciones, a todo funcionario de cualquier rango que resulte sospechoso de corrupción en cualquiera de sus formas, aunque se trate de personas que se tenían como amigas. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con nuestro país dotado de un sistema eléctrico eficaz, como sucede en otras naciones supuestamente más atrasadas que nosotros. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con una nación reforestada de arriba abajo y con una población educada que cuide los bosques, los ríos y todos los regalos que nos da la Madre Naturaleza. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con un turismo cada vez más floreciente, y que no sea echado a perder por legislaciones torpes, ni por sindicatos angurriosos, ni por autoridades débiles. ¿Es ello posible? Sí.

Sueño con que los gobiernos sean los primeros en cumplir las leyes, como por ejemplo, las disposiciones que obligan a asignar determinados porcentajes de sus ingresos a renglones específicos, como la educación, los ayuntamientos, la UASD y otros. ¿Es ello posible? Sí.

En eso llegó el lechero.



El Día

Periódico independiente.

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