Llegaron los aranceles
La esperada disrupción comercial global llegó con el anuncio de la imposición de una serie de aranceles a escala mundial por parte de los Estados Unidos de Norteamérica.
Los aranceles son los impuestos que se aplican en aduanas a las importaciones de mercancías con fines de recaudación, y en ocasiones, para desestimular las importaciones y/o proteger la industria nacional.
Los aranceles anunciados se pueden dividir en cuatro categorías. La primera es un arancel generalizado a toda importación de un 10 %. En esta categoría ha caído nuestro país, y a cuyos efectos, al ser un arancel generalizado aplicado a todos, no perjudica seriamente nuestras exportaciones.
Mas bien, vistas las demás categorías podría representar una oportunidad de una mayor actividad del llamado nearshoring o relocalización de manufacturas hacia República Dominicana.
Aquí debemos tener cuidado y proteger nuestras exportaciones actuales de manera que no aumenten a escalas que representen una amenaza a la producción estadounidense para también no vernos perjudicados con aranceles mayores.
La segunda categoría son los automóviles y autopartes, sobre todo provenientes de México y Canadá, países fronterizos con EE. UU.
Estos aranceles buscan que la mayor producción vehicular posible regrese, algo difícil en corto plazo. La tercera categoría es China, donde existe el mayor desequilibrio comercial y con quienes se esperan negociaciones delicadas y difíciles.
La última categoría es la de las represalias, que se entiende se aplican a los países donde existe un mayor déficit comercial entre las exportaciones estadounidenses y las importaciones de los países afectados. Este tema deberá ser también objeto de negociaciones, en las que se espera que los países nivelen sus respectivos aranceles o se cometa la osadía de una guerra comercial.
Visto lo acontecido con miras a los EE. UU. para intentar recapturar su hegemonía comercial, fortalecer su economía y moneda, todo indica que en los próximos meses veremos importantes modificaciones a los esquemas arancelarios anunciados, salvo el del 10 % generalizado. No hay por qué alarmarse en nuestro país, ni entrar en pánico o precipitarnos.
Todo indica que hemos obrado bien y el actual equilibrio es la posición más conveniente para el país.
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