“Llamar la atención de cualquier forma”

“Llamar la atención de cualquier forma”

“Llamar la atención de cualquier forma”

Celedonio Jiménez

Cada vez más es mayor nuestro asombro con las prácticas de juegos arriesgados, y a veces suicidas, por parte de jóvenes adolescentes en el país, que en la mayoría de casos son estimulados por videos que son grabados por jóvenes del exterior.

El “challenge” o juegos retadores se hacen cada vez más populares, incrementándose los riesgos contra la integridad física, y hasta la vida de quienes los practican. Estos ejercicios lúdicos peligrosos que se hacen virales con frecuencia por las redes sociales, sobrecogen y son una supuesta invitación a la “valentía” y a sobresalir o llamar la atención de la forma que sea.

En nuestra consideración, estas conductas no justificadas encuentran algunas de sus explicaciones en el carácter excluyente de las sociedades capitalistas.

En nuestra sociedad, pero también en las sociedades capitalistas desarrolladas, una alta proporción de los adolescentes y jóvenes se sienten excluidos, aislados, y desaprobados. Los mismos no pueden sentirse de otra forma en países, que como el nuestro, existe una alta concentración del capital, dando lugar a un elevado número de personas y de jóvenes marginados de las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales.

En ese contexto muchos de nuestros jóvenes quieren llamar la atención, ser reconocidos y aprobados. De ahí la recurrencia a los señalados procedimientos.

Gilles Lipovetsky , filósofo y sociólogo francés, ha hablado de “la sociedad de la decepción”, es decir, aquella donde hay una cotidianidad social y personal de frustraciones. A este respecto, podemos decir también que todos estos juegos de retos suicidas pueden ser una respuesta a las frustraciones.

Pero además de la sociedad de la decepción, la sociedad de hoy también ha sido caracterizada como la sociedad del “espectáculo”.

Como la sociedad en que cada espectáculo es una forma de romper la rutina que nos envuelve en el aburrimiento. Contra la rutina y el aburrimiento se busca la imposición de las aventuras que producen entretención y que elevan la adrenalina.

En este marco también puede inscribirse la escenificación de los referidos retos suicidas, los que también en alguna forma podrían ser manera de autoafirmación personal por parte de quienes se sienten limitados por las estructuras.

Ante estas tendencias o inclinaciones peligrosas y desacertadas de parte de algunos grupos de nuestra juventud, nos preguntamos qué nivel de responsabilidad tienen los adultos en ellas, al tiempo que planteamos como una necesidad la transformación de las estructuras inequitativas y excluyentes de nuestra sociedad, así como la necesidad de promover nuevas pasiones en los jóvenes, en torno al deporte, la lectura, la música, la literatura, la poesía, los altos valores del espíritu, y en torno al respeto y amor al prójimo, tal como lo predicó y practicó Jesús, el divino rabí de Galilea.



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