Desde siempre se dice que en el país hay compromisos pendientes por años, ya que en la cotidianidad solo trascienden los mismos hechos de siempre, con los mismos actores y las mismas poses.
Es decir, que las discusiones se reciclan sobre asuntos que por décadas esperan por soluciones.
De ahí que la frase consenso resulta tan sonora y despierta tanto entusiasmo, pero en la práctica todo se reduce a las mismas posiciones ancestrales que se debaten de manera pública o en puertas cerradas, teniendo la población la percepción de que no se llegará a ningún puerto seguro o en algo que poco conviene.