
El papel que ha jugado la Literatura en la evolución de la humanidad es innegable.
La aparición de las redes sociales redefinió el panorama literario del siglo XXI también lo es.
Si bien estos cambios han democratizado el acceso y fomentado nuevas formas de expresión literaria, también presentan desafíos en términos de calidad y profundidad.
Estas plataformas han abierto el acceso a la creación y publicación de contenidos para una mayor diversidad de géneros y voces. Han facilitado la aparición de una variedad de perspectivas que antes podrían haber pasado inadvertidas.
La brevedad y rapidez, características esenciales de las social media, impulsa nuevas formas de expresión literaria, como el microcuento y los versos breves, que se han popularizado significativamente.
Estas formas condensadas de literatura desafían las convenciones tradicionales de la escritura al obligar a los autores a sintetizar ideas complejas en espacios reducidos.
Además, autores y editoriales alcanzan audiencias globales de manera efectiva y económica.
Este nuevo enfoque ha reducido la dependencia de los medios tradicionales, dando lugar a fenómenos virales en los que ciertos libros logran best seller a través de lo digital.
Sin embargo, algunos autores sostienen que la inmediatez y la gratificación instantánea que promueven estas plataformas pueden llevar a la Literarua del siglo XXI a una producción de menor calidad, en la se sacrifica la profundidad y el rigor.
La RAE define esta revolución literatura como un "cambio rápido y profundo en cualquier cosa". Siguiendo esta definición, es innegable que Internet representa un auténtico levantamiento en numerosos aspectos de nuestra sociedad.
En esa relación y comunicación más habituales, sobre todo para los jóvenes, los autores, la Literatura, su enseñanza y las prácticas que de ello se derivan, se hacen eco de esa influencia e impacto.
No habría nada que reprochar a esta nueva forma de hacer Literatura, si no fuera porque la intención de muchos de ellos no es precisamente cumplir la honesta función de educar al público lector en el bien común y el recto proceder.
Nuevos canales, nuevas formas narrativas, incremento del número de lectores, rapidez, instantaneidad pero, ¿cumplen estos realmente con la función social que ha desempeñado la Literatura a lo largo de la historia de contribuir al progreso social y a la felicidad de los ciudadanos?