SANTO DOMINGO.-Con casi 70 años, Mayra Cabrera tiene un espíritu alegre, carismático y muy vivo. Ella misma se describe como una persona asequible, amiga y confiable.
Cuando tenía 33 años empezó a trabajar como asistente en el área de contabilidad en Envases Tropicales, una empresa del Grupo Corripio.
Al poco tiempo de estar allí, se le presentó una mejor oferta laboral que no dudó en aceptar, sin embargo, una llamada le hizo cambiar de parecer.
“Cuando yo ingresé me habían ofrecido originalmente un contrato como asistente, pero tenía el inconveniente de que vivía en la Zona Oriental y Envases Tropicales me quedaba lejos y para esos años no había transporte para el personal. Entonces, busqué un trabajo más cerca y me pagaban el doble, así que puse una carta de renuncia, pero en esa semana recibí una llamada de Pepín Corripio”.
“Recuerdo que me dijeron: Te llama don Pepín. Me puse súper nerviosa porque no lo conocía más que por la televisión; nunca había interactuado con él. Me dijo que le habían dicho que yo era una persona valiosa para la empresa y que él no quería que me fuera, que él me prometía que no me iba a arrepentir. Eso fue como en el 1989 y ya ves aquí estoy”, narra Mayra.
A más de 30 años de esa llamada, no se arrepiente de haberse quedado como una simple asistente en aquel entonces. Era consciente de que estaba abriéndose paso en el Grupo Corripio, lugar donde podía llegar a crecer y así fue, pues al año fue nombrada contadora general.
“Siempre tomo a Jehová en cuenta en todas mis decisiones, lo pongo en oración y entonces miro cuál es el cuadro de esa decisión que voy a tomar. En verdad, ganaba menos en el Grupo Corripio, pero tomé la decisión de quedarme desde que entendí que ahí podía demostrar mi capacidad”, puntualiza.
No se crece solo
La abuela de Mayra siempre le decía que cuidara la subida porque en la bajada recogería lo que sembró. Esta frase la hizo su lema de vida y de trabajo. Al principio, cuando inició como contadora general, el departamento de contabilidad, almacén y nómina lo manejaba ella sola, pero al tiempo le fueron sumando personas para conforman un potente equipo.
“Nunca se crece solo, siempre es en equipo, ahora tengo más de doce colaboradores que me ayudan. Los de antes y los de ahora siempre han sido muchachos muy entregados, que me escuchan, claro que desde el principio demuestro confianza en ellos y les ayudo a crecer en lo que sea necesario”, explica.
Actualmente, es encargada de toda el área de contabilidad, pero esto ha sido a base de sacrificio y entrega, “claro, primero está mi confianza en que Jehová nos da la fuerza y el poder para hacer las cosas, y segundo, creyendo en el equipo, porque solo no se llega a ninguna parte”, señala.
Momento emotivo
Cuando en Envases Tropicales llegó la noticia de que se tenía que elegir a una mujer que sería destacada por su entrega en el trabajo, el equipo de contabilidad inmediatamente supo que tenía que ser Mayra.
“Su amor al trabajo”, “su forma de ser”, “es una amiga, fajadora, que no le tiene miedo al trabajo”, fueron sólo algunas de las muestras de cariño, respeto y admiración que expresaron sus compañeros.
“Cuando los colaboradores de mi empresa comenzaron a llamarme y me dicen lo que expresaron de mí en ese correo, fue muy impactante porque nunca pensé que mis muchachos, mi grupo me veía con esas características tan especiales, pues yo siempre me he considerado una persona normal, común y corriente como todos los demás”, comenta con los ojos brillosos, mientras se resiste a llorar nuevamente.
Madre entregada
Yudileivi Maríñez Mateo es otra de las mujeres reconocidas por el Grupo Corripio y su historia se empezó a escribir en el año 2014 cuando, con apenas 27 años ingresaba a Grupo Corvi como asistente de Gestión Humana. Entró a ejercer por primera vez la carrera que estudió, psicología industrial.
Madre de tres niñas, una de 12 y unas gemelas de cinco años, respectivamente, ha aprendido a dividir su tiempo entre su responsabilidad del trabajo y el tiempo de calidad que pasa con sus hijas.
“Gracias a Dios cuento con mi madre. Ella me cuida a mis niñas cuando salgo a trabajar, eso me permite realizar tranquilamente mis funciones, pues tengo una persona confiable que me las cuida. Ya cuando salgo del trabajo, entonces tomo las riendas de mi hogar”, cuenta Maríñez.
Con el deseo de que los demás colaboradores puedan sentir que la compañía realmente está al pendiente de ellos, Yudileivi no se limitó a realizar sus funciones principales, sino que empezó a comunicar en las redes internas de Corvi mensajes de interés para los colaboradores.
“Teníamos un tema y es que el empleado entendía que no se les comunicaban las cosas, entonces cuando hay actividades siempre me encargo de publicarlas por las redes y a la vez darles otras informaciones que son necesarias para ellos”, indica.
Su trabajo principal es realizar la nómina y atender las solicitudes de sus compañeros referentes a servicios, la cooperativa, el seguro médico y las licencias, entre otras. Pero, asegura, una de sus mayores cualidades es la empatía que muestra ante las situaciones personales de sus compañeros, al punto que llega a sentirlas como si fueran propias.
Gran sorpresa
— Reconocimiento
“Yo voté por otra persona y mis compañeros me dijeron que ellos votaron por mí”, expresa Yudileivi. Cuando llegó la encuesta para reconocer su dedicación, lo menos que pensó es que ella sería la merecedora de tal distinción.
Hay que trabajar bien sin importar posiciones
Ejemplo. “Me sentí muy bien de que mis compañeros valoraran mi trabajo, porque es que uno hace su trabajo y a veces no sabe el impacto que causa en el otro”, dice una mujer que, al preguntarle como se define lo hace con las siguientes palabras: “responsable, empática y solidaria”, dejando notar el amor por hacer bien sus funciones y a la vez cooperar en el bienestar de la gente.
Su mensaje para aquellas mujeres que leen parte de su historia es: “No importa la posición que se tenga, cuando uno hace lo que le gusta, el resultado va a ser bueno. No importa los obstáculos ni barreras que ocurran, pues uno siempre va a encontrar la forma de echar para delante siempre que se haga bien y con amor”.