uan Raddamés de la Rosa Hidalgo. Psicólogo. Director ejecutivo Casa Abierta.
Las drogas sintéticas o de diseños, son un verdadero desafío para el mundo. Creadas en laboratorios mediante la mezcla de varias sustancias, bajo un mismo nombre se puede comercializar cocteles muy diversos. Por ejemplo, la 2CB, mejor conocida como Tucibi, o simplemente Tuci, de la cual se está hablando en estos días en nuestro país, provoca inicialmente efectos alucinógenos y estimula intensamente el sistema nervioso central.
Por su composición química pertenece al grupo de las anfetaminas. No guarda ninguna relación con la cocaína, aunque también se le conoce como “cocaína rosada”. Puede ser una mezcla de ketamina, anfetaminas, LSD, MDMA… En realidad no se sabe qué puede contener. De ahí la peligrosidad para la salud de las personas que la consumen.
Para nuestro país el desafío de las drogas sintéticas o de diseños, es aún mayor pues las políticas nacionales sobre drogas, centradas en las sustancias, persiguen los consumos, pero solo en sectores empobrecidos. Las drogas sintéticas, por su costo elevado, por el momento solo se consumen en sectores de la alta sociedad, y ese es territorio desconocido para la política nacional. La 2CB es conocida internacionalmente como “la droga de la alta sociedad”. Se estima que en Europa un solo gramo de 2CB puede llegar a costar unos 900 euros.
El presidente Joe Biden ha encomendado al presidente Luis Abinader liderar la Coalición contra las Drogas Sintéticas, en la región del Caribe. Desde Casa Abierta entendemos que este mandado internacional puede ser una gran oportunidad, dependiendo del enfoque que se dé a esta Coalición. Si es una estrategia centrada en represión y control, será de nuevo “más de lo mismo”. Un previsible fracaso más de la fallida estrategia de guerra contra las drogas.
Sin embargo, el presidente Abinader puede hacer la diferencia. No debe dejarse atrapar en la fallida estrategia represiva, orientando los esfuerzos de la Coalición para desarrollar una sólida estrategia integral, como también se menciona en el mandato de esta propuesta de sinergia regional. Se habla de “identificar las amenazas emergentes”, como ciertamente son las drogas sintéticas o de diseño, “los patrones de consumo”, y lo más importante, “promover intervenciones y servicios de Salud Pública para reducir el consumo de drogas, las sobredosis y otros problemas relacionados con el uso de sustancias ilícitas”. Es desde esa perspectiva que le sugerimos al señor presidente ejercer su liderazgo empezando por ordenar la casa primero. Nuestras sugerencias al respecto son:
Agilizar la modificación de la legislación nacional para adecuar la política nacional sobre drogas a los nuevos estándares internacionales, que proponen desarrollar estrategias de prevención y tratamientos integrales, respetuosos de los derechos y con perspectiva de género.
Trasladar el Consejo Nacional de Drogas como un organismo adscrito al Ministerio de Salud, e integrado por representantes de los ministerios de: educación, juventud, mujer, deportes, cultura…, y por lo menos dos delegados de las ASFL que trabajan en el tema de las drogas en nuestra sociedad.
Desarrollar estrategias de alcance y reducción de riesgos y daños, para dar atención de salud a las personas que han desarrollado trastornos por uso de sustancias.
Disponer la realización de estudios nacionales para identificar la realidad de los consumos de drogas en nuestra sociedad: alcohol, cannabis, cocaína, heroína, drogas sintéticas o de diseño…
Proponer un seminario internacional para debatir la necesidad de enfoques alternativos, como la despenalización de los consumos de sustancias, la regulación de cannabis para uso medicinal.
Señor presidente, asumamos el reto de liderar la Coalición contra las Drogas Sintéticas, empezando por cambiar nosotros primeros.
