BOGOTÁ (AP) – Uno de los líderes políticos de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo paradero se desconoce desde hace meses, envió el martes una carta al Senado en la que manifestó su preocupación sobre el estado del acuerdo de paz.
En una extensa misiva, Iván Márquez sostuvo que «pese a que el acuerdo de paz fue destrozado por depredadores sin alma, nuestro sueño sigue siendo la paz en Colombia».
La carta lleva también la firma de Oscar Montero, alias «El Paisa», cuya ubicación es desconocida. Márquez cuestionó el arresto del exlíder guerrillero Jesús Santrich para ser extraditado a Estados Unidos, donde es acusado de narcotráfico.
«Esta decisión delirante concebida para sabotear la paz terminó ahuyentado la poca confianza que aún quedaba en los excombatientes», agregó en la misiva. Santrich se encuentra detenido en una cárcel de máxima seguridad de Bogotá. La última vez que Márquez publicó mensajes en Twitter fue el 4 de julio.
«Nuestra principal preocupación es cómo sacar la paz de Colombia del abismo de los acuerdos fallidos a la que fue arrojada con desprecio y nos gustaría conocer al respecto sus valiosas apreciaciones», agregó la nota.
Iván Cepeda, uno de los miembros de la Comisión de Paz del Congreso, dijo a The Associated Press que con esta carta Márquez y «El Paisa» despejan las dudas de que «ambos habían optado por una disidencia o que estuvieran en el territorio venezolano. Nada de eso parece ser cierto».
Agregó que «lo que dicen en la carta (son) sus múltiples críticas a la manera como se ha implementado el acuerdo y también la reafirmación de que están en el proceso de paz». Cepeda y el Alto Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, e integrantes de la comisión parlamentaria de paz se reunirán la tarde del martes para evaluar la misiva.
Posteriormente, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común –partido político fundado en agosto de 2017 por los excombatientes de las FARC– destacaba en un comunicado de ocho puntos: «En la carta de Iván y Óscar se expresan opiniones personales legitimas, con las que se puede o no estar de acuerdo. Coincidimos en su principal preocupación: cómo sacar adelante la paz de Colombia, con la que de paso desmiente la matriz de opinión sobre su presunta salida del Acuerdo».
El comunicado además expresa su deseo de que «su situación se pueda normalizar lo más pronto posible para el bien del proceso y para avanzar en la construcción de una visión compartida sobre la perspectiva de nuestro proyecto político».
Delegados de las FARC y miembros del gobierno del expresidente Juan Manuel Santos firmaron la paz en noviembre de 2016 luego de casi cinco años de conversaciones en Cuba.
Como parte de ese pacto la ex guerrilla, devenida ahora en un partido político, logró 10 bancas en el Congreso bicameral. Pero Márquez no ocupó su escaño en julio y se refugió en el interior del país argumentando que temía por su seguridad.
Durante toda su campaña el actual mandatario colombiano Iván Duque -que asumió el poder en agosto- se comprometió a modificar aspectos importantes del acuerdo, aunque después de los comicios suavizó algunas de sus posiciones.
Según el comandante de las fuerzas militares, Alberto Mejía, luego de la firma del acuerdo de paz quedaron más de 1.200 disidentes de las FARC que operan en varias zonas del país.