Licey lamenta profundamente fallecimiento de Don Rafael Úbeda Heded

El Club Atlético Licey lamenta profundamente el deceso de Don Rafael Úbeda Heded, a los 62 años de edad, quien fungía en la actualidad como uno de sus directivos.
«La partida de Don Rafael Úbeda nos entristece porque era parte esencial de esta familia, hemos perdido un gran ser humano, un amigo, un compañero. Sus grandes cualidades humanas y su identificación con las causas de bien social, quedarán plasmadas en nuestras memorias como el legado más preciado que nos dejó. La organización está de luto y expresa su más sentido pésame a sus familiares directos así como a su gran familia, los gloriosos Tigres del Licey», expresó el presidente de la organización, Miguel Guerra Armenteros.
Guerra Armenteros recalcó que el fenecido Úbeda Heded, fue un apasionado por los deportes y desde hace décadas, solía solidarizarse con las distintas iniciativas altruistas que caracterizan a la organización de sus amores, el glorioso Licey, como le llamaba el hoy extinto ejecutivo azul.
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Se encontraba en su undécimo periodo en la junta directiva, en la cual ejercía como director luego de ser cinco veces secretario. Era sobrino del decimosegundo presidente del Club Atlético Licey, don Miguel Heded, quien ocupó el cargo en el ciclo comprendido entre (1997-2002).
Se unió a la dirección ejecutiva con función de suplente de vocal, siguió como vocal, a los que siguieron dos períodos secretariales y luego dos como director y tres más como secretario. Estudió en el Colegio Loyola y se graduó en Administración de Empresas en la Universidad APEC, de Santo Domingo.
También estudió Negocios Agropecuarios en Boston, Massachusetts, Estados Unidos de América. Estaba ligado a la industria azucarera por herencia familiar. Le sobreviven su viuda Olga Reyes Menéndez, madre de Javier Antonio y de Amanda Isabel Úbeda Reyes, la madrina del Licey en el año del centenario (2007).
Rafael Úbeda Heded deja un vacío y un dolor irreparable en los corazones de toda la organización de los Tigres del Licey. Su junta directiva, sus peloteros, personal de oficina y todo el que de alguna manera está involucrado con la estructura de la franquicia, llora la partida de un hombre honesto, bueno, sano y lleno de fe.
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