
El migrante de origen salvadoreño Kilmar Ábrego García, cuya deportación ilegal en marzo a su país natal generó gran polémica en EE.UU., salió de la prisión en la que se encontraba detenido desde hacía dos meses en el estado de Tennessee, informó este viernes su defensa.
"Hoy, Kilmar Ábrego García es libre", dijo el abogado Sean Hecker. Ábrego tiene planeado regresar a su casa en Maryland.
La defensa también ha solicitado al juez federal Waverly Crenshaw que desestime los cargos de tráfico humano presentados en su contra cuando fue devuelto a EE.UU. desde El Salvador, argumentando que los fiscales lo acusaron en represalia por presentar una demanda contra su deportación ilegal.
Ábrego, de 30 años, fue deportado a El Salvador el 15 de marzo a pesar de que un tribunal de inmigración en 2019 dictaminó que no fuera enviado a su país de origen debido al riesgo de violencia que enfrentaba por parte de las pandillas locales.
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Su caso adquirió relevancia nacional por la polémica que causó la decisión del gobierno de Trump de enviar sin el debido proceso a más de 200 migrantes, la mayoría de ellos venezolanos, a una prisión de alta seguridad en El Salvador.
Un funcionario federal reconoció después que la deportación de Ábrego fue un "error administrativo".
Luego de una batalla política y legal, en junio pasado fue devuelto a EE.UU., pero al llegar a territorio estadounidense fue acusado de transportar migrantes indocumentados en el país.
El juez Crenshaw confirmó el mes pasado la orden otra jueza, Barbara Holmes, de que Ábrego fuera puesto en libertad provisional, al considerar que no representaba un peligro para la comunidad ni existía riesgo de fuga.
Sin embargo, Holmes retrasó un mes su liberación a petición de su defensa, que teme que una vez que sea liberado enfrente una detención por parte de las autoridades migratorias y sea enviado a un tercer país.
La juez de distrito Paula Xinis, quien supervisa la demanda civil de Ábrego contra la legalidad de su deportación, ha ordenado que el gobierno federal avise tres días antes de enviarlo a un tercer país, para darles la oportunidad de impugnar su expulsión.
Funcionarios del gobierno de Trump han dicho que podrían intentar deportarlo a México o Sudán del Sur.
¿Qué acusaciones enfrenta?
Ábrego vivía en el estado de Maryland (noreste de EE.UU.) cuando fue deportado por error en marzo y se convirtió en un foco de tensión en medio de la ofensiva migratoria del presidente Trump.
Fue internado en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, donde, asegura, sufrió de violencia y abusos por parte de las autoridades carcelarias.
Declaró que fue "golpeado severamente, privado del sueño y torturado psicológicamente" durante los casi tres meses que pasó en el Cecot.
En junio, el Departamento de Justicia indicó que lo había devuelto a EE.UU. para ser juzgado por haber participado durante años en una conspiración para el tráfico de inmigrantes indocumentados como miembro de la pandilla MS-13.
La fiscal general Pam Bondi dijo el 6 de junio que el migrante sería deportado nuevamente después de que su caso penal concluya: "Una vez que cumpla su condena", dijo Bondi el 6 de junio, "prevemos que será devuelto a su país de origen, El Salvador".
Según la fiscal general, un gran jurado en Tennessee determinó que Ábrego García desempeñó un "papel importante" en una red de tráfico de personas. y que este era su "trabajo de tiempo completo".
Fue acusado de realizar más de 100 viajes para el tráfico de personas por todo el país, trayendo a miles de inmigrantes irregulares a Estados Unidos, según Bondi, además de que traficaba armas y narcóticos a Estados Unidos.
Ábrego se declaró no culpable de esos cargos y su defensa desde entonces ha pedido la protección de su cliente para evitar su detención y deportación rápida a su país de origen o algún tercer país.