Los héroes y mártires de República Dominicana han dejado plasmado para la posteridad el legado de su pensamiento y su acción. Ahí están los escritos de Duarte, Luperón, Merino, Espaillat, Gilbert, los Henríquez y Carvajal, los Henríquez-Ureña, Manolo, Minerva, Caamaño, el Moreno, Amín, para solo mencionar algunos de cada generación, que con su pluma y su acción lucharon por una Patria mejor.
Ese pensamiento patriótico, que tiene nombre y apellido, fue construido en base a la defensa de la soberanía nacional y en el bienestar material y espiritual del pueblo dominicano. Los cimientos de sus principios siempre han radicado en los intereses y aspiraciones del pueblo, no de elites, ni grupos políticos y económicos que representan intereses imperiales. Se ha forjado en la lucha por los sagrados intereses de la patria y el pueblo.
Hoy, desgobernados por el PLD y sus aliados, que han entregado los recursos naturales del país a empresas transnacionales; que saquean el erario; que venden el territorio nacional al mejor postor; que han implantado un panorama de inseguridad e impunidad nunca visto; que pretenden hacer creer a este pueblo y al mundo, que el problema principal del país son los dominicanos de origen haitiano, al dictar una sentencia que ha escandalizado a una parte importante de la humanidad, por sus características racistas y xenofóbicas; que admiten que la soberanía nacional está comprometida con el FMI y otras instituciones financieras transnacionales; que condenan a las mayorías nacionales a un estado de pobreza extrema; que mientras los funcionarios devengan salarios millonarios, los servidores públicos de abajo ganan salarios miserables; que mientras prometen un 4% continúan invirtiendo el 2.3% del PIB para la educación, demostrando un marcado interés en negarle la educación al pueblo.
Debe conformarse un gran movimiento donde puedan converger todas las fuerzas políticas y sociales de oposición, susceptibles de ser unidas, a los fines de impedir los planes continuistas de ese grupo politiquero, de malos dominicanos, que desgobierna al país y que lo ha llevado a un callejón sin salida, con un predominio absoluto de la corrupción, la impunidad y los antivalores.
El pueblo dominicano, que ha demostrado su capacidad de lucha a toda prueba, que ha pasado por situaciones peores que las actuales, en estos tiempos difíciles por los que atraviesa el país, se pondrá a la altura del momento histórico, para llevar a feliz término el legado dejado por los héroes y mártires de la Patria, que es la ruptura con el status neocolonial que padece el país respecto a las potencias imperiales y el capital transnacional; alcanzar la soberanía plena y el bienestar material y cultural de nuestro pueblo.
