Por primera vez en los once años que lleva publicándose esta columna (primero en el Listín, después en Hoy, y ahora en EL DÍA), por primera vez repito- incluyo una fotografía dentro del texto, rompiendo así el estilo que caracterizó este espacio durante tanto tiempo.
Para ello tiene que haber alguna razón muy poderosa, ¿verdad?
Pues sí. Porque el propósito de hoy es llamar respetuosamente la atención del Presidente de la República para que no deje concluir su período constitucional sin premiar de manera ejemplar a esa menudita pero consagrada gimnasta llamada Yamilet Peña, cuya historia puede servir de modelo e inspiración para su generación y las que vienen más atrás.
Se ha dicho, sin confirmación, que el presidente Fernández cumplirá hoy en el Palacio Nacional su promesa de incentivar con aportes de diez y de seis millones de pesos, respectivamente, a los atletas Félix Sánchez y Luguelín Santos, por haber ganado medallas de Oro y de Plata en las Olimpiadas de Londres.
La ocasión luce propicia para que también se premie a Yamilet como si hubiera ganado medalla de Bronce, pues, aunque no lo logró, quedó ranqueada como la sexta mejor del mundo en la modalidad que ella escogió para representar a la República Dominicana.
Me siento muy honrado por la visita que me giró ayer Yamilet, una estrella de apenas 19 años de edad, pero con una fuerza de voluntad y seguridad en sí misma que muchos hombres y mujeres con mayores oportunidades que ella quisieran tener.
Señor Presidente: ahí está Yamilet. Dele una sorpresa. El país estará de acuerdo, se lo aseguro.