Una parte importante de la población tiene fuertes sospechas de que el narcotraficante César Emilio Peralta, mejor conocido como César el Abusador, tiene vínculos con figuras políticas y militares (Policía, Fuerzas Armadas y DNCD) vigentes.
EL DÍA reconoce hay muchos elementos que sustentan esas sospechas y también que hasta ahora el tratamiento dado por las autoridades a ese caso las acrecientan.
Solo el manejo transparente y eficiente por parte de las autoridades todo lo relativo al caso de César Emilio Peralta podría despejar esas dudas.
La libertad con la que actuó ese imputado durante años hace pensar que contaba con la complicidad de los llamados a perseguirlo o de los civiles que ejercen mando sobre ellos.
El manejo del caso, luego de que Estados Unidos pidió su arresto, ha dejado mucho que desear y no ha contribuído a despejar esas sospechas cada vez más extensas.
Deben ser las autoridades comprometidas realmente con la persecución del crimen las más interesadas en que las investigaciones sobre el caso de César Emilio Peralta se hagan con seriedad y transparencia y que si hay figuras políticas o militares involucradas se identifiquen para que el lodo no los alcance a ellos.
En este caso hay muchas cosas que no huelen bien y cada día huelen peor.