Dunia De Windt
Los legisladores actuales se manejan y actúan como títeres en un escenario controlado por los terribles poderes fácticos de este país de doble moral. Aprueban leyes a mansalva sin leer ni tan siquiera investigar sobre cada tema en cuestión.
Recientemente, fue aprobado de manera veloz, en dos lecturas consecutivas, el “nuevo” Código Penal sin consenso ni debates de las partes involucradas, sin escuchar a la población civil, solo ellos se bastan.
¡Estos sí que son traidores a la patria! Recuerdo que previamente a esta aprobación, el presidente Medina (muy apegado a esos poderes fácticos), envió objeciones al Código Penal que fueron aprobadas por estos legisladores y dijo que era oportuno incluir importantes aspectos a tener en cuenta con respecto a los casos de aborto terapéutico por malformaciones congénitas, violación sexual o estupro o cuando la vida de la madre esté en peligro.
Estos magnánimos servidores públicos cayeron en el lapsus “mental” de no remitir al Senado las observaciones y cambios que estaban obligados a introducir. Es decir, mientras las grandes naciones de mundo, temas como el derecho al aborto en las mujeres, la educación sexual a todos los niveles y un largo etcétera lo tienen zanjado, aquí estamos en pañales debatiendo con un grupo de mequetrefes si es válido o no, según el caso.
Por Dios!!!!
En ese sentido, a los legisladores “se les ve el plumero” en ese afán desmedido de complacer a los representantes de religiones y manifestaciones obsoletas que no hacen otra cosa que entorpecer y meter sus narices en temas de la sociedad civil. De momento, el mamotreto que aprobaron ganó la partida al derecho de cada una de nosotras las mujeres de hacer con nuestro cuerpo y vida lo que deseamos.
Cada quien es libre de accionar según sus convicciones.
Los legisladores se dan a la tarea de tergiversar argumentos científicos en cuestiones de salud. Aprobaron un Código Penal mal formulado en contra de la mujer.
No tomaron en cuenta, porque no les da la gana de informarse, los factores científicos o sociales que buscan proteger la salud de las mujeres en edad reproductiva. Tampoco en el aspecto judicial, lograron nada. Tenemos una justicia de burla que debe incluir la pena de muerte y castigos más firmes frente a tantos casos aberrantes que observamos a diario.
¿Qué pasa con la educación sexual desde la escuela primaria a nuestros niños y jóvenes para evitarnos tantas barrigas indeseadas y a destiempo por esa desgarradora ignorancia que abunda en muchos barrios, campos y ciudades del país?
Tristemente, las mujeres de escasos recursos abortarán de manera clandestina y arriesgando su vida, como siempre, o les ocurrirá como Esperancita.
Las jóvenes de recursos medios y altos abortarán pagando o fuera del país.
Es como el cangrejo que vamos …!!
